martes, 25 de octubre de 2011

Significado de la frase: entrará y saldrá, y hallará pastos


Buenos días Pastor
Aprovecho la oportunidad que me da preguntar, pues esta mañana leí el capítulo 10 de Juan y me encontré que el verso 9 dice: "Yo soy la puerta; el que por mi entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos"
La pregunta es a que se refiere a que entrará y saldrá? de donde?
Gracias por su respuesta y un abrazo.

Saludos fraternales.

Indudablemente Jesús se está presentando como el único medio a través del cual los hombres pueden ser salvos. Solo a través de él se puede disfrutar de la reconciliación con Dios y no hay otra forma de alcanzarla.
Con el fin de instruir de una manera clara y comprensiva a sus oyentes judíos, Jesús usa la imagen del pastor y del redil, algo muy familiar para una cultura ovina. Las ovejas de determinado redil están seguras solamente cuando escuchan y obedecen la voz de su pastor. Jesús ya se ha presentado como el pastor de las ovejas, es decir, como el verdadero guía de los miembros del pueblo de Dios. Pero, siguiendo con la alegoría, Jesús no es solo el pastor, sino también la puerta por donde deben entrar todas las ovejas. Creer en él como el único y suficiente salvador es la puerta de entrada al Reino de Dios.
Ahora, la frase, “entrará y saldrá” forma parte de la alegoría, es decir, significa que las ovejas de este redil, guiadas por este exclusivo pastor, pueden disfrutar de la completa libertad que él les brinda. “Entrará y saldrá” es una expresión hebrea que significa “libertad”. “… al que sale no se le cierra la puerta como a un extraño, sino que es libre para regresar a casa; y al que entra, no se le tiene por intruso, pues, viene a su propia casa; pueden ir al campo, al quehacer diario, por la mañana, y volver al redil, a descansar, por la tarde; y en ambos lugares hallará pastos; hierba, en el campo; forraje, en el redil”[1].
Las ovejas, es decir, las personas que creen en Cristo, empiezan a gozar de la verdadera y completa libertad que se obtiene cuando nos sabemos reconciliados con Dios. Este concepto de completa libertad es repetido por Jesús a los judíos cuando les dice: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:32, 36). El que cree en Cristo experimenta la liberación de todo daño y peligro, porque él está siendo guiado por el buen pastor que, no solo está dispuesto a dar su vida por las ovejas, sino que efectivamente la dio.

Las ovejas ahora pueden andar tranquillas, pues su pastor las cuida y las guía hacia los pastos verdes de la salvación.

Su servidor en Cristo,

Julio C. Benítez


[1] Henry, Matthew. Comentario Bíblico. Página 1412

lunes, 24 de octubre de 2011

Diferencias entre los bautistas reformados y la convención bautista

Además de esto sí es posible en que cosas ustedes se diferencian de la denominación Nacional Bautista.

Respecto a la segunda pregunta, en qué se diferencian los bautistas reformados de los bautistas de la denominación o convención bautista de Colombia, creo que podemos empezar por los puntos en común: Ambos creemos que Jesús es la máxima cabeza de toda iglesia local; creemos en la autonomía de las iglesias locales, que las asambleas de miembros tienen voz y voto en la toma de decisiones de los asuntos eclesiásticos; que no debe haber jerarquía alguna entre iglesias o pastores; creemos en la separación entre la Iglesia y el Estado, en la libertad que tiene cada iglesia local para asociarse o no con otras iglesias en el desempeño de labores evangelísticas o sociales; creemos que la Biblia es la máxima autoridad y norma en materia de fe y conducta, que el bautismo por inmersión de adultos es un requisito indispensable para ser recibido en la membresía de la iglesia, que solo podemos recibir como miembros a personas regeneradas.

Y con muchas iglesias bautistas de la convención, aunque no con todas, compartimos que la salvación es solo por gracia, es decir, un don de Dios. Que fuimos escogidos por Dios para salvación desde antes de la fundación del mundo, que el ser humano no tiene la capacidad para venir a Dios por sí mismo, es decir, que no tenemos libre albedrío para tomar la decisión de creer en Cristo, sino que el pecado nos esclaviza de manera que no queremos ni podemos buscar a Dios (Romanos 3), lo cual hace necesario la regeneración, y que ésta es obrada por un acto supremo del Espíritu Santo quien, como el viento, sopla de donde quiere y va a donde quiera, lo cual indica que el va produciendo el Nuevo Nacimiento o la regeneración conforme a un designio soberano decretado desde antes de la fundación del mundo. Creemos que solo creerán en Cristo aquellos que fueron escogidos desde antes de la fundación del mundo, y esto será a través de la predicación del Evangelio, por lo tanto es deber de toda iglesia predicar todo el evangelio a toda criatura, aunque solo creerán los que sean objeto de la gracia especial de Dios, por medio de la cual les concede el don de la fe, el arrepentimiento y la regeneración. Creemos que siendo que la salvación se recibe solo por gracia, entonces esta no se pierde sino que es dada como un don irrevocable y eterno.

 Pero tenemos diferencias con algunas de las iglesias de la convención bautista colombiana, aunque no con todas, y con otras que se llaman fundamentalistas, en el tema del arminianismo. Esta es una doctrina filosófica que aboga por el libre albedrío en el hombre, es decir, que el ser humano tiene la capacidad en sí mismo de tomar la decisión de creer en Cristo o no.

Nosotros creemos, conforme a las Sagradas Escrituras, que ningún hombre puede venir a Dios como resultado de una decisión propia, pues, su condición espiritual es de muerte. Todo hombre y mujer nace espiritualmente muerto, después de la caída de Adán. (lea Romanos 3). Por lo tanto, aunque les hablemos de Cristo y le damos las mas claras razones de por qué deben creer en Cristo, ellos, por su mismo, no pueden venir a él, pues, están muertos en sus delitos y pecados. Para que puedan creer es necesario que Dios mismo, primero, les de vida espiritual, es decir, el nuevo nacimiento. Por eso Jesús le dijo a Nicodemo que nadie puede entrar al reino de Dios si primero no nace de nuevo. Es necesario nacer de nuevo, pero nosotros no producimos este nuevo nacimiento, sino que como le dice Cristo a Nicodemo, esto es producido por el Espíritu Santo, de manera soberana “cómo él quiere”. Por eso la forma de evangelizar entre un arminiano y un creyente bíblico es muy diferente. El arminiano trata de producir una decisión en el evangelizado, trata de llevarlo a que tome una decisión y haga una oración. Nosotros evangelizamos predicando la Ley y la Gracia, es decir, mostrando cuánto hemos desagradado a Dios, cuánta miseria nos cubre y entonces presentamos a Cristo, quien con su muerte en Cruz obró la redención de su pueblo. Presentamos el Evangelio e invitamos a la gente al arrepentimiento pero no tratamos de producir “conversiones”, pues esta no es nuestra función. El Espíritu Santo es quien convence de pecado, de juicio y de justicia. Nosotros sembramos, otros riegan, pero el crecimiento lo da Dios.

 Y evidentemente tenemos diferencias con algunas iglesias de la convención bautista en el tema del papel de la mujer en la iglesia (creemos que no pueden ser pastoras, predicadoras o directoras de culto), en el tema la continuidad de los dones espectaculares (creemos que aunque Dios puede hacer milagros hoy, los dones milagrosos y de revelación cesaron con la muerte de los apóstoles), en la adoración (creemos que la adoración debe estar centrada en Dios y no en el hombre), en el rol que cumplen las confesiones de fe (creemos que los bautistas tenemos un legado confesional precioso como la confesión bautista de Londres de 1689), en el gobierno de la iglesia (creemos que las iglesias locales deben ser gobernadas por un cuerpo de pastores o ancianos, no creemos que las iglesias locales deban tener solo un pastor o anciano), entre otros.

 De todas maneras, muchas iglesias de la convención o denominación bautista se identifican con los bautistas históricos (conocidos como calvinistas o reformados) en todo. De manera especial en la convención bautista del sur hay un fuerte movimiento de restauración y cientos de iglesias están regresando a las fuentes originales que caracterizaron a los que son considerados fundadores o baluartes de la fe bautista, los cuales todos fueron reformados y se identificaron con lo que nosotros creemos hoy: John Bunyan (el escritor del progreso del peregrino), Carlos Spurgeon (el príncipe de los predicadores), Arthur Pink, y los fundadores de la Convención del Sur, y los primeros presidentes de los seminarios de la convención bautista del sur.

El papel de las mujeres en las iglesias bautistas

Hola Julio que el Señor te bendiga. Tengo una inquietud, me congrego en una iglesia adscrita a la Denominación Nacional Bautista y usted es de la Iglesia Bautista Reformada; oí decir que ustedes no permiten que una mujer desempeñe función alguna en sus iglesias. Quisiera saber si esto es así y cuál es el asidero bíblico para ello. Además de esto sí es posible en que cosas ustedes se diferencian de la denominación Nacional Bautista
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Saludos fraternales.
Gracias por sus preguntas.
Respecto a la primera pregunta quiero aclarar de entrada que nuestras iglesias bautistas reformadas SI permiten, facilitan y promueven el que las mujeres desempeñen numerosas funciones dentro de la iglesia, pues, esto es conforme a las Sagradas Escrituras. En los tiempos bíblicos las mujeres desempeñaron muchas funciones y hoy también lo deben hacer. Pero como iglesias que nos esforzamos cada día por seguir las claras instrucciones que la máxima cabeza de la Iglesia, Jesús, dio a través de su revelación escrita (La Biblia), entonces damos el lugar debido y bíblico al rol de la mujer.
Es decir, las Sagradas Escrituras son muy claras respecto a los roles que el Señor asignó a los hombres y a las mujeres. A lo varones el Señor los puso como cabeza y a las mujeres les dio un rol de sujeción. Esta es una enseñanza muy clara desde Génesis hasta Apocalipsis. Ahora, no estoy diciendo que el hombre sea superior y la mujer inferior, el tema de la sujeción nada tiene que ver con superioridad o inferioridad, o, si uno tiene mayor dignidad o inteligencia que el otro. Por favor, lea la explicación que doy en mi blog http://forobiblico.blogspot.com/ sobre el tema de la sujeción bíblica.
En todas las Escrituras encontramos que a los hombres el Señor les dio la responsabilidad de ser la cabeza en el hogar, en el tabernáculo, en el templo, en la nación, en lo militar, y luego en el Nuevo Testamento a los varones el Señor les dio la responsabilidad principal en la Iglesia (apóstoles, pastores-maestros), de manera que el mismo principio es vigente siempre.
El apóstol Pablo es claro en aplicar el principio autoridad-sujeción en la iglesia y prohíbe a las mujeres ejercer autoridad sobre los varones. “Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre…” 1 Tim. 2:12. De manera que cualquier función o rol eclesiástico en la cual las mujeres asuman un papel de liderazgo sobre los hombres debe ser evitado. Sé que vivimos en un siglo pluralista donde hablar de autoridad y sujeción, en cualquier área de la vida, suena a algo anticuado y obsoleto. Pero Dios diseñó al mundo para que funcionara bajo este principio, y, cuando se conserva la relación autoridad-sujeción, el orden es preservado, pero cuando se viola, el resultado es el caos, tal como lo estamos viendo en la sociedad de hoy: los matrimonios duran poco y los divorcios cada día se incrementan, precisamente porque nadie quiere ser cabeza y nadie quiere sujetarse. Lo mismo sucede en las iglesias de hoy. Cuando se rompe este principio de autoridad-sujeción el caos cunde.
De manera que seguimos los principios bíblicos y por lo tanto no tenemos pastoras ni predicadoras, ni directoras de culto. Creemos que la Biblia es clara en mostrarnos que estos roles de autoridad fueron dados a los varones. Incluso, los requisitos que la Biblia establece para que alguien aspire al obispado (pastor, anciano) son claros en demarcar un límite: solo para varones, maridos de una sola mujer.
Ahora, esto no significa que las mujeres no hacen nada en la iglesia. No, ellas tienen mucho campo en la vida eclesiástica: La evangelización, la enseñanza a los niños y a otras mujeres, las misiones, las obras de misericordia, la música, entre otros. Pero no las podemos poner a cumplir una función que Dios no ha autorizado para ellas. Las iglesias bíblicas de todos los tiempos han sido fieles a este principio, tanto en la patrística, en la reforma, en la época de los puritanos y hoy día.
Cuando una iglesia tiene “pastoras” claramente lo está haciendo en una contradicción contra los principios y el ejemplo de las Sagradas Escrituras. Cuando esto se da, entonces han empezado el camino del liberalismo teológico, y muy pronto entrarán otras perversiones que dañarán la fe. Como está pasando hoy día con las primeras denominaciones que empezaron a ordenar mujeres al pastorado (algunas iglesias luteranas, anglicanas, presbiterianas en USA y Europa), las cuales, violentando de manera flagrante los principios bíblicos que establecen estas funciones de autoridad para los varones, ahora no tienen problemas en seguir violando los principios bíblicos, de manera que están trabajando para ordenar homosexuales y lesbianas al ministerio, o aprobando los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Interpretación literal y la escatología

Yo escucho a los dispensacionalistas hablar de una interpretacion Literal, Historica-Gramatical de la biblia. Es esta la misma forma de ustedes de interpretar las escrituras?

 Los reformados hemos insistido desde la época de la reforma en la interpretación histórico-gramatical de la Biblia, esto no es algo exclusivo de los dispensacionalistas, sino que viene desde mucho antes, y felicito a todos los grupos cristianos que interpretan de esta manera las Escrituras. Este principio hermenéutico histórico-gramatical, lo que significa es que la biblia debe ser interpretada conforme a las normas de interpretación de los textos, es decir, en la Biblia un verbo no es un sustantivo, sino un verbo.
Así que llegamos a la Biblia buscando su significado más obvio y directo, conforme al estilo del texto que estamos interpretando. Esto significa que no interpretamos de la misma manera un proverbio que una ley, o una poesía con una prosa didáctica (doctrina).
La prosa didáctica en la biblia es lo mas fácil de interpretar porque su sentido es el mas obvio o literal, por ejemplo, "no matarás", eso es prosa didáctica. Allí no hay que buscar ningún sentido especial, ni figuras, nada más. Pero cuando la biblia dice que "los montes aplauden", es obvio que no lo podemos interpretar como si fuera prosa didáctica, pues, los montes no aplauden. Eso es lenguaje poético, y en la Biblia el lenguaje poético se interpreta como se interpretan los poemas.
Debemos buscar el sentido de lo que quería decir el autor. Así como en español podemos decir "en esta noche preñada de encanto" - Sería absurdo que alguien pensara que el autor está queriendo decir que la noche está embarazada, pues la noche no es una cosa viva que pueda ser embarazada. La interpretación histórico-gramatical no significa que los poemas, o los proverbios, o el lenguaje figurado obvio de la Biblia se interpreta de manera literal, es decir, que cuando la Biblia habla de dragones realmente está diciendo que esos animales mitológicos existieron, sería un absurdo, y sería desconocer el estilo literario de los judíos y del mundo oriental que siempre estuvo lleno de frases figuradas o simbólicas.
En la Biblia hay pasajes que claramente son simbólicos o figurados, y esta es una de las características de los libros apocalípticos, o proféticos. Es una irresponsabilidad con el sentido original del escritor bíblico, tratar de interpretar literalmente algo que inicialmente fue dado en símbolos y figuras, es distorsión del mensaje bíblico. Ahora, el intérprete bíblico debe ser cuidadoso en tener claridad sobre el estilo literario del pasaje a interpretar.
No podemos decir que las epístolas de Pablo usan lenguaje figurado, pues, claramente es prosa didáctica, es decir, es enseñanza literal y textual. Esa es la interpretación histórico-gramatical y nosotros la defendemos con toda el alma.

 Ellos dicen que los reformados no siempre interpretan las escrituras literalmente y por eso la negacion del milenio, el no hacer diferencias entre el pueblo judio y la iglesia, y otros asuntos más. De no interpretar ustedes la biblia literalment (hasta donde sea posible por supuesto), no afecta eso tambien otros asuntos doctrinales aparte de la escatologia? 

 La Biblia debe interpretarse literalmente, es decir, de acuerdo a su literatura. Génesis es un libro histórico narrado en prosa didáctica, allí no hay fábulas, ni acertijos, así que lo interpretamos como historia. Proverbios está lleno de analogías, y muchas figuras poéticas del mundo oriental, la interpretación literal dice que debemos interpretar ese libro conforme a la literatura, es decir, no son leyes, son consejos. Los profetas del Antiguo Testamento tienen una literatura mas compleja, pues, en algunos hay historia, poesía, lenguaje figurado, no obstante cada pasaje debe ser interpretado conforme a la literatura.
Isaías dice que Dios sembró una vid que creció y en sus ramas las naciones venían a refugiarse, sería absurdo decir que algún día existió una planta que creció tanto, No, allí está hablando en lenguaje figurado refiriéndose a una nación. Eso es interpretación literal, dar el verdadero sentido y significado a la Biblia de acuerdo al estilo literario que se usa. Por cierto, los libros apocalípticos, como el Apocalipsis de Juan, usan esa clase de lenguaje en símbolos. El Dragón no se refiere a la existencia de un animal mitológico, sino que representa a Satanás, en Apocalipsis se mencionan animales de varias cabezas, es absurdo pensar que existen esos animales, mas bien debemos buscar en el resto de la Biblia que significa cada una de esas cosas.
 Ahora, interpretar de manera literal la Biblia, es decir, conforme a su literatura, nos previene de interpretar mal las doctrinas. Puesto que nosotros no sacamos doctrinas de los pasajes en lenguaje apocalíptico o figurado o poético. Las doctrinas están bien claras en los libros o pasajes escritos en prosa didáctica, como las epístolas, y los otros libros, incluso el apocalipsis, deben ser interpretado a la luz de la doctrina.

¿Qué es la carne?


Con abundante sustento bíblico, ayúdame contestando estos interrogantes, pero basados en principios bíblicos, no en conceptos humanos:

¿Qué es la carne?
¿Qué es la vieja naturaleza?
¿Qué es el viejo hombre?
¿Qué es la naturaleza pecaminosa?
¿Qué es el cuerpo de pecado?


Saludos fraternales.

 Disculpe la demora en responder, he estado un poco enredado en muchas cosas, pero ahora he podido sacar tiempo para buscar en las Sagradas Escrituras lo que ella habla sobre los temas que usted me comenta.
 Vamos a ir mirándolos uno a uno, tratando de aplicar dos sanos principios a la hora de interpretar la Biblia: El principio de que la Biblia se interpreta a si misma, y el principio de ser fieles a la gramática o las palabras que fueron usadas por los autores de las Sagradas Escrituras.
 1 ¿Qué es la carne?
En el Antiguo Testamento esta palabra se relaciona especialmente con la materia de que está compuesta el hombre, y en algunos pasajes se refiere a la totalidad del hombre. En Génesis 40:19 se usa la palabra hebrea basar y se refiere al componente principal del cuerpo humano.
En proverbios 14:30 significa todo el cuerpo, y en el Salmo 16:9 significa el hombre en su totalidad: “mi carne también reposará confiadamente”.
En el Antiguo Testamento también se usa la palabra carne para referirse a la debilidad natural del ser humano, no en el sentido moral, sino en cuanto su cuerpo es frágil.
 En el Nuevo Testamento se usan varias palabras griegas para carne. Sarx es una traducción de la palabra hebrea basar usada en el Antiguo Testamento y se refiere a la parte carnosa del cuerpo. (Apo. 19:18;) también la palabra carne significa todo el cuerpo (Gál. 4:13).
En algunos pasajes también significa el hombre completo “no tuvo sosiego nuestra carne…” (2 Cor. 7:5; Rom. 7:18).
En el Nuevo Testamento la palabra carne también puede significar que alguien es de la misma familia, por ejemplo se dice que Cristo era del linaje de David según la carne (Ro. 1:3). Pablo habla de Israel según la carne. (1 Cor. 10:18), Pablo también habla de los israelitas como sus parientes según la carne (Ro. 9:3)
 En el Nuevo Testamento también se habla de carne en el sentido de existencia física en su totalidad, sin que signifique algo malo. Por ejemplo hay referencias de ser “visto en la carne” (Col. 2:1 la Reina Valera no usa la palabra carne), también se dice que Cristo estuvo en la carne (Ef. 2:15; 1 Ped. 3:18; 1 Juan 4:2), incluso Pablo dice que la vida que vivía siendo cristiano era “en la carne” (Gál. 2:20).
 Pero, con gran fuerza, el Nuevo Testamento contrasta la carne con el espíritu. Vivir en la carne es lo contrario de vivir en el espíritu. El apóstol Pablo da una lista del fruto del espíritu, es decir, de lo que caracteriza a los que viven conforme al Espíritu, conforme al carácter de Cristo (Gál. 5:22-25). Por el contrario, quien vive conforme a la carne hace y produce lo opuesto al carácter de Cristo. (Gál. 5:19-21). Así que podemos definir la carne, en este sentido negativo, como la parte terrenal del hombre, que lo vincula estrechamente con la situación caída de la creación, que lo aleja de Dios y lo arrastra hacia lo puramente terreno, material, en lugar del servicio a Dios.
 La carne tiene sus concupiscencias y sus deseos (Ef. 2:3). Los que se concentran en los deseos concupiscentes “piensan en las cosas de la carne” (Ro. 8:5). Pero el ocuparse, en este sentido negativo, de la carne, es muerte y se constituye en enemistad contra Dios (Ro. 8:6-7). La carne, es decir, lo puramente terreno, limita la vista espiritual del hombre, y lo lleva a oponerse a Dios (Ro. 8:7) En el Nuevo Testamento a la carne se le relaciona con las pasiones y deseos puramente terrenos (Gál. 5:24). 
La carne se caracteriza por la concupiscencia y esta esclaviza los miembros del cuerpo y también domina la mente (1 Juan 2:16; Gál. 5:16; 1 Pedro 4:2; 2 Pedro 2:10; Efesios 2:3), incluso la carne llega a dominar tanto la mente que Pablo llega a hablar de “la mente de la carne” (Ro. 8:5,7). 
Colosenses 2:23 presenta a la carne como algo que llega a ser tan habitual como lo es el comer, la carne tiene apetitos insaciables, siempre quiere más, y la religiosidad o el legalismo no sirve para frenar esos apetitos. Gálatas 6:8 dice que los hombres pueden sembrar para su carne y el resultado será una cosecha abundante de corrupción carnal (Gál. 6:8). 
Los que andan conforme a la carne se caracterizan por una vida dominada de las pasiones pecaminosas (Ro. 7:5), son incapaces de obedecer la Ley de Dios (Ro. 8:3) o de agradar a Dios (Ro. 8:8). Los que andan en sus deseos carnales son hijos de ira (Ef. 2:3). 
 Esto significa que una persona regenerada NUNCA podrá ser carnal en todo el sentido de la palabra. No podemos hablar de cristianos carnales, pues, es una contradicción de términos, o es cristiano o es carnal. Los verdaderos cristianos están en la carne, pero no andan según la carne (2 Co. 10:3; Gál. 2:20). No obstante, los cristianos debemos velar porque los hechos de la carne embotan la percepción espiritual (Ro. 6:19). Somos llamados una y otra vez a no rendir nuestros miembros o nuestro ser al servicio de la carne (Ro. 8:12; Fil. 3:3; Gál. 3:3. 
EL creyente ha recibido un principio de vida que desaloja el principio de muerte que representa la carne (Ro. 8:4, 9, 13; Gál. 5:16-17; 2 Corin. 4:10, 11). El apóstol Pablo llama “carnales” a los corintios debido a su falta de madurez espiritual y sus continuos pleitos y divisiones (1 Cor. 3:1-4). 
En algunas versiones la palabra carnal se traduce como sensual. Los expertos en griego dicen que la palabra usada aquí para carnal, no se refiere a la substancia, sino a la apariencia. Los Corintios a los que se diri
ge Pablo son realmente cristianos, pues, él les llama hermanos (1 Cor. 3:1), pero se habían dejado seducir por los deseos terrenos y habían entrado en divisiones y comportamientos que los hacen ver como carnales, es decir, como incrédulos. El cristiano verdadero debe poner su mirada en las cosas de arriba y no en las de la tierra (carne), pues, las cosas de la carne tienen a atrapar y esclavizar. (Col. 3:1-3)

Siembra económica para vacaciones de un pastor

Mi inquietud es la siguiente : Asisto a una iglesia en donde uno de los copastores o pastor adjunto en dos ocasiones me ha pedido que le siembre pasajes o dinero para cuando sale de vacaciones, esto es correcto? El año pasado no me pareció mal, y le sembré pasajes y viaticos, pero este año nuevamente me preguntó que sino le iba a sembrar algo para sus vacaciones proximas, pero hay algo dentro de mi que me dice que no esta bien...que si yo le sembrara algo porque a mi me nace sin que el me lo pidiera seria diferente. O ambas cosas estan mal? Agradezco inmensamente me de su opinion si es posible con fundamentacion biblica.



Saludos fraternales.

Gracias por enviarnos tu inquietud.

El concepto de "siembra", en las Sagradas Escrituras se relaciona con varios asuntos:

- "Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" (Gál. 6:7). Aquí el apóstol está hablando de las acciones de los hombres. Si yo hago lo malo, entonces recibiré el mal. Si ando en mis propios caminos pecaminosos, entonces recibiré la muerte. Este pasaje se puede entender a la luz de lo que dice Pablo en el siguiente versículo: “porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; más el que siembra para el espíritu, del Espíritu segará vida eterna”.

- El apóstol Pablo, escribiendo a los Corintos les dice2 Corintios 9:6: "Pero esto digo: El que SIEMBRA escasamente, también segará escasamente; y el que SIEMBRA generosamente, generosamente también segará”. En este contexto la siembra se refiere a la ayuda económica que damos a los creyentes más pobres, a los que están pasando necesidad económica, a los creyentes que están en las cárceles, en fin, a todos los hermanos en la fe que están sufriendo muchas necesidades económicas. ¿En qué consiste la siega o la cosecha de esta siembra económica? No es tanto en esperar más bienes materiales. No. Jesús promete una bendición especial para aquellos que se acuerdan de sus hermanos más pequeños o más necesitados. En el Reino de los cielos, los hermanos dadivosos para con los necesitados, recibirán un honor especial (Mt. 25:31-40).
Por lo tanto, cuando el copastor le está pidiendo que usted le costeé sus próximas vacaciones como una siembra que luego recibirá recompensa, no está actuando conforme a las Escrituras, sino que está usando el erróneo concepto de la “siembra económica”, propuesta por modernos falsos profetas. De manera que usted debe hacer una de estas dos cosas:

- Donar al pastor el dinero para sus vacaciones, pero no verlo como una siembra, y explicarle al pastor que no puede manipular a la gente usando esos conceptos erróneos, o
- Decirle que, a mi parecer, hay necesidades más urgentes en las cuales se puede invertir el dinero: como ayudar a los creyentes más pobres, los cuales están pasando muchas necesidades.

Estoy adjuntándole una copia del estudio sobre LAS SIEMBRAS ECONÓMICAS, y un mensaje que recientemente prediqué sobre Judas 11

Su servidor en Cristo,

Julio César Benítez

¿Pueden los verdaderos creyentes llegar a ser apóstatas?


Pastor aprovecho la oportunidad para aclarar una duda que me surgio en cuanto a su excelente ensenanza en cuanto al pecado imperdonable..
Pastor Julio dice que esta carta era para Creyentes que abandonan la Fe.. Y se entra un Terreno dificil de entender para mi.. Si estos apostatas abandonan lafe UNO entonces no eran Creyentes y dos  nos enfocariamos en la discussion de que la salvacion se pierde.. Lo cual no es cierto.. Entonces :
La carta va dirigida a Creyentes ?? O a los dos
El apostate era un farsante y nunca fue del pueblo?
Gracias Pastor por su amor por la obra y perdone Ud.. Pero al contarle de su predicacion a un amigo que se fue de la Iglesia me hablo de estas preguntas.. 
Dios le guarde siempre y nuevamente gracias por su apoyo en todo 
Con profundo respeto



Respecto a su pregunta, la carta está dirigida a "los hermanos", como dice en el capítulo 3, es decir, a la iglesia, a los creyentes.
Las advertencias de esta carta, que son usadas por los arminianos para sustentar su tesis de que los verdaderos creyentes pueden perder la salvación, no tienen como fin argumentar este error, pues, todas las Sagradas Escrituras están a favor de la doctrina de la perseverancia final de los santos; incluso la misma carta contiene claras enseñanzas respaldando esta verdad.
 No obstante, como dice Arthur Pink en su comentario a Hebreos: ¿Cuáles son los medios que usa Dios para que perseveremos hasta el fin? “Estas advertencias”, responde él. Cuando el Señor advierte a los creyentes del peligro serio que corren si deciden abandonar el cristianismo bíblico para ir en pos de cualquier otra cosa, está afirmando nuestra fe. Pero a la misma vez es un mensaje para los falsos creyentes, pues, es común que dentro de los miembros de iglesias bíblicas, haya algunos que no conocen a Dios realmente, como dice Pablo. Estos serán confrontados en su fe, y al revisar y encontrar que no tienen la fe que caracteriza a los que perseveran hasta el fin, entonces el Señor usará esa advertencia para traerlos al evangelio.
 Ahora, la pregunta que algunos se pueden hacer es: Si Dios sabe que ningún verdadero creyente apostará, entonces ¿Por qué darles advertencias de algo que nunca harán? Bueno, esto es un misterio, pero es la forma que Dios usa para mantenernos despiertos. El Señor Jesús también nos dio muchas instrucciones acerca del peligro de regresar: él dijo que el que toma el arado y mira hacia atrás no es digno de él. No obstante, el autor de hebreos, al finalizar la exhortación de Hebreos 10, dice, con total seguridad: "Nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que perseveran para salvación del alma". Esta es la seguridad del creyente, que, luego de haber examinado su fe, encuentra que efectivamente está presente, y entonces tiene la certeza de que nunca abandonará a Cristo, ni será abandonado por él.
&nbs
p;Vuestro servidor,

 Julio C. Benítez

Por qué los bautistas reformados no bautizan a los niños

Estimado pastor Julio. Un saludo especial, que el Señor le siga guiando a través de toda la obra que desempeña para la extención de la proclamación del evangelio. Hermano Julio quisiera por favor usted me orientara acerca de en que radica la diferencia entre el concepto del bautismo entre presbiterianos y bautistas reformados, puesto que no tengo casi material al respecto y veo que nuestros hermanos presbiterianos están muy seguros con el concepto del paedo bautismo , y quisiera saber como ha librado usted estas diferencias. Agradezco su colaboración.

Saludos fraternales.
El tema que mencionas en este mensaje ha sido uno de los que más discusiones ha generado en la historia de la iglesia cristiana. De manera especial este aspecto de la doctrina ha impedido la completa unión entre presbiterianos y bautistas reformados.
Las dos corrientes teológicas tienen muchos puntos en común, tal vez pudiéramos decir que son los únicos grupos cristianos que comparten prácticamente el mismo cuerpo doctrinal. La confesión de fe que usan los bautistas reformados (confesión de Londres de 1689) es una copia, modificada en ciertos artículos de la eclesiología, de la confesión de fe de Westminster (presbiteriana); de manera que ambas denominaciones han compartido la misma herencia teológica, y han mantenido cierta unidad. Los autores presbiterianos como R. C. Sproul, Luis Berkhof, Charles Hodges, son muy leidos por los bautistas reformados; de la misma manera, autores bautistas reformados como Carlos Spurgeon, Arthur Pink, Jhon Bunyan son leídos por los presbiterianos. A pesar de esta unidad en casi el 99% de la doctrina profesada, persiste una diferencia insalvable, la cual está relacionada con el tema del bautismo.
Los presbiterianos dicen que el bautismo es una continuación en el nuevo pacto del sacramento de la circuncisión del antiguo pacto, y así como los padres judíos tenían la obligación de aplicar el sacramento de la circuncisión en sus hijos a una edad tierna, también los padres creyentes deben aplicar el sacramento del bautismo a sus pequeños hijos, como una señal de que ellos nacieron bajo la bendición del pacto.
Los bautistas, por el contrario, decimos que los niños no pueden ser bautizados, sino solamente los creyentes. Ahora, ¿Porqué los bautistas reformados no hacemos como el resto de reformados en el mundo, respecto al bautismo de niños? Los bautistas reformados, así como los presbiterianos, creemos que hay un solo pacto de gracia, el cual viene desde antes de la fundación del mundo y cobija a todos los períodos de la iglesia desde su inicio en Edén. Este pacto de gracia se ha manifestado a través de diferentes pactos, en especial del Antiguo y el Nuevo Pacto. Entre los dos hay continuidad, pero también hay transición.
El Antiguo Pacto, en su forma externa, incluía a todos los descendendientes de Abraham, a través de Isaac, y Jacob, el padre de Israel. Todos los niños que nacían en Israel eran considerados miembros del pueblo del pacto, por lo tanto debían recibir la señal del mismo, el cual era la circuncisión (realmente la circuncisión solo se aplicaba a los niños varones, en esto vemos una transición muiy significaba en el nuevo pacto, donde el bautismo debe ser aplicado a todos los que nacen de nuevo, tanto mujeres como varones). Esto no garantizaba que todos eran salvos, pues, solo los que eran de la fe eran verdaderos hijos de Abraham. No obstante, siendo la circuncisión una señal externa que identificaba a los miembros del pueblo de Dios (un pueblo nacional con límites geográficos, y relacionado con una etnia, aunque en ocasiones se recibieron extranjeros), entonces se aplicaba sobre todos los varones.
Ahora, cuando pasamos al Nuevo Pacto hay una importante transición. Ahora el pueblo de Dios no estaría limitado a un sitio geográfico, ni a una etnia en particular. La iglesia estaría en todas partes, en medio de este mundo hostíl. El autor de la carta a los Hebreos nos deja ver que las ceremonias del Antiguo Pacto, las cuales estaban revestidas de muchos elementos externos, eran sombras temporales de una realidad espiritual y eterna que vendría con Cristo. Una de esas realidades eternas y espirituales que vinieron con el Mesías, fue que el pueblo de Dios ahora no estaría marcado tanto por una identidad externa (aunque si tiene muchas manifestasciones externas) sino por una nueva realidad interna. El pueblo de Dios estará en medio del mundo y será conocido por Dios mismo, el pueblo tiene un sello espiritual y es de índole espiritual. Siendo que ahora este pueblo está marcado por un distintivo netamente espiritual, entonces a él no se entra sino solamente a través de un nacimiento espiritual. Esto no significa que en el Antiguo Pacto se entraba realmente al pueblo de los salvos por medio del nacimiento físico, pero la señal debía aplicarse sobre todos, salvos y no salvos, lo único que se requería es que naciera de una familia hebrea. Siendo que la iglesia en el Nuevo Testamento no tiene un distintivo nacional con límites geográficos, ni de raza o etnia, y siendo que a ella se entra a través de un nacimiento espiritual, entonces, la señal del pacto debe aplicarse a los que nazcan espiritualmente en la familia de Dios. Si bien es cierto que solo Dios sabe quién nació de nuevo, no obstante hay unas señales externas que pueden indicarnos que una persona nació de nuevo. Es decir, una profesión creíble de fe en Cristo puede ser un indicativo de que dicha persona ha nacido de nuevo, por lo tanto, todo aquel que haga esta profesión de fe y esté dispuesto a obedecer los mandatos del evangelio debe ser bautizado. Esto es lo que practicaba la iglesia apostólica.
De manera que el mismo principio que regía en el Antiguo Pacto sigue en el Nuevo, es decir, todos los niños deben ser bautizados, pero ahora no se trata de niños en su elemento físico, sino de niños en Cristo. Todos los que van naciendo de nuevo son bebés en Cristo, y ellos deben recibir la señal del pacto, es decir, el bautismo.
 Los padres creyentes aunque no pueden bautizar a sus niños porque en ellos aún no podemos ver una profesión de fe creíble en Cristo, tienen la responsabilidad de guiarlos en la fe, de criarlos en la amonestación y disciplina del Señor, de educarlos en los principios de la fe cristiana, enseñarles las Sagradas Escrituras, orar con y por ellos, unirlos a las actividades de la iglesia local e involucrarnos en la misma.
Los padres creyentes confiamos en que el Señor, en su Gracia electiva, haya escogido a nuestros hijos para salvación y por eso los educamos en la fe. En el Nuevo Testamento no encontramos ninguna enseñanza respecto al bautismo de infantes, ni por ejemplo ni por precepto.
Los hermanos presbiterianos suelen usar el silencio de las Escrituras o inferencias llevadas al extremo para concluir que en el Nuevo Testamento si se menciona el bautismo de niños, usando aquellas ocasiones en las cuales en el libro de los Hechos se nos dice que algunas personas se bautizaron junto con sus familias o sus casas. Ellos presuponen que en esas casas debía haber niños pequeños, los cuales, en consecuencia, fueron bautizados. Pero es muy peligroso armar doctrinas basadas en el silencio de la Biblia o en inferencias tan extremas. Toda vez, cuando en el mismo Nuevo Testamento encontramos el principio para saber a quiénes se debía bautizar: “El que creyere y fuere bautizado…” (Mr. 16:16). La secuencia es: primero creer y luego ser bautizado. “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados…” Hch. 2:41), recibir la palabra significa: creer de corazón en el evangelio, este es el requisito inicial que la iglesia apostólica debía ver en el candidato para luego ser bautizado.

viernes, 16 de abril de 2010

¿Podemos atar y expulsar demonio de acuerdo a Marcos 16:17-18?

Apreciado hermano,

Gracias por enviarnos su pregunta.

Es verdad que muchas de nuestras prácticas, como iglesia cristiana de este siglo, no necesariamente están basadas en la clara enseñanza de las Sagradas Escrituras, sino en erróneas concepciones que algunos maestros o pastores tuvieron en el pasado, y ahora nosotros las aceptamos como correctas debido al auge que ha tenido entre las iglesias.
Pero debemos ser cuidadosos en estos asuntos, pues, como iglesia somos columna y baluarte de la verdad, y por lo tanto, responsables de preservar las sanas palabras de la fe que fue dada una vez a los santos.

Respecto a los pasajes que ha citado quiero hacer el siguiente comentario:

Juan 14:12 es una maravillosa promesa de Jesucristo, dada a los discípulos. “De cierto, de cierto os digo: el que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre”. Ellos creyeron en esta promesa y pudieron hacer maravillosas obras. Al comienzo del capítulo 14 Jesús los anima a tener fe en Dios, pues, una vez que el Salvador parta de la tierra, ellos serán perseguidos y sufrirán grandes afrentas, pero no deben temer, pues, aunque sean llevados a la muerte, Jesús les está preparando morada, para que donde él esté ellos también puedan ir. En ese contexto, Jesús les dice que ellos harán obras mayores, y de cierto que las hicieron. Mientras Jesús predicó el evangelio solo en las regiones de Judea, Galilea, Perea y Samaria, los discípulos irían a casi todo el mundo conocido de esa entonces. Ellos permearían al imperio romano con las enseñanzas cristianas. Sus obras fueron mayores en este sentido. Ahora, algunos creen que las obras mayores se refieren a los milagros, pero solo con hacer un poco de observación en los Evangelios y el libro de los Hechos, nos damos cuenta que los apóstoles no superaron a Jesús en actos milagrosos. Así que las obras mayores hacen referencia a la predicación del evangelio, el cual alcanzaría a casi todas las naciones conocidas de la época y a nosotros en este tiempo. La iglesia cristiana se encuentra presente en todo el mundo. Esto no lo hizo Jesús cuando estuvo en la tierra, sino que el Espíritu Santo lo hizo a través de la iglesia.

Ahora pasemos al pasaje de Marcos 16:17-18: “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán”.
Como usted deja ver en la pregunta, comprende que esta palabra fue dicha a los apóstoles, pues Marcos 16 nos narra los últimos sucesos, luego de la resurrección de Jesús, habiéndose aparecido a muchas personas, pero el verso 14 es específico al indicarnos que finalmente se apareció a los once y les dio la gran comisión, incluyendo esta promesa de los versos leídos. Aunque la gran comisión, en sus responsabilidades generales, no solo fue para los 11, sino para toda la iglesia, debemos tener cuidado en pensar que estos dos versos son una promesa para todos los creyentes de todos los tiempos, pues, debemos tener en cuenta la palabra “señales”.

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Las acciones milagros de estos pasajes son descritas como señales, y este término hace referencia a algo que apunta a o avisa de algo. En el Antiguo Testamento encontramos el uso de las señales milagrosas. Éstas siempre estuvieron presente en momentos en los cuales Dios estaba dando profecías nuevas que consituían parte de la revelación del plan redentor. En época de Moisés el Señor dio buena parte de la revelación del Antiguo Testamento, por lo tanto fue un tiempo lleno de muchas señales milagrosas, apuntando así a demostrar que esta revelación venía de Dios y era autoritativa para todo cristiano. Lo mismo sucedió en época de los demás profetas. En el tiempo de Cristo, él mismo estaba completando la revelación (Lea Hebreos 1:1), y por lo tanto nuevamente hubo abundancia de señales milagrosas. Pero no siempre hubo abundancia de esta clase de señales en el Antiguo Testamento. Fueron momentos especiales.

Luego, bajo el ministerio de los apóstoles, especialmente al comienzo, hubo abundancia de señales milagrosas, las cuales fueron dadas también con el fin de confirmar la palabra del Evangelio que estaban anunciando, y que luego se constituiría en el Nuevo Testamento. Esto es lo que dice el autor de Hebreos, advirtiendo a sus lectores del gran peligro que reviste escuchar el evangelio y no anteder seriamente a su llamado “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos ído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme (La Ley), y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación (evangelio) tan grande? La cual (el evangelio) habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron (los apóstoles), testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad” 8Hebreos 2:1-4.

En este texto el autor de Hebreos, un creyente de segunda generación, considera como algo pasado el tiempo de las señales y maravillas que fueron hechos por los apóstoles con el fin de confirmar la palabra que estaban dando, es decir, el Evangelio. Ellos no pensaron que estas señales iban a ser para siempre, pues, la revelación no se iba a estar dando siempre, sino en la era apostólica.

De la misma manera el apóstol Pablo considera que las señales mencionadas en Marcos, eran una marca que distinguiría a los verdaderos apóstoles del cordero. Él usa este argumento para defender su apostolado de todos aquellos que estaban cuestionándolo: “Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros, en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros” (2 Corintios 12:12). Los primeros cristianos consideraron que las señales mencionadas en Marcos eran un distintivo apostólico, pues, Dios quería refrendar la Palabra dicho por ellos, ya que estaban dando la revelación final que completaría las Sagradas Escrituras. Por lo tanto, una vez que la Escritura es completada, como puede verificarse en la historia de la iglesia, las señales y maravillas van decayendo poco a poco.

Ahora, esto no significa que el Señor no continuaría obrando milagros en medio de su pueblo. De seguro que él lo hizo y lo hace aún hoy. Él sigue escuchando y respondiendo las oraciones de su pueblo, conforme a su voluntad preciosa, de manera que él sana a un enfermo cuando así lo quiere, sin necesidad de recurrir a un sanador o “apóstol”, sino como dice Santiago: “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia y oren por él”. Stgo. 5:14.

Ahora, respecto al echar fuera demonios, esto es solo prerrogativa divina. Jesús dijo que solo el hombre mas fuerte, puede atar al hombre fuerte. Y el único ser que es mas fuerte que el diablo, es Dios. Él ató a Satanás y esto lo demostró expulsando a muchos demonios. En Marcos 16 él da autoridad especial a los 11 para que también expulsen demonios, y en Hechos vemos evidencia de esa autoridad delegada.

Pero, además de los apóstoles, algunos hombres también quisieron hacer lo mismo, y el resultado fue desastroso (Hechos 19:13-16). El pastor Judas debe escribir a una iglesia adviertiendole de los falsos y orgullosos maestros que andaban por todas partes alardeando de su poder, y les dice que estos falsos profetas blasfeman de las potestades superiores y se entromenten en asuntos espirituales que no son de su competencia, pues, ni siquiera el arcángel Miguel, cuando contendía con el diablo, no se atrevió a proferir juicio de maldición sino que dijo: Que Jehová sea quien te reprenda.

Por lo tanto, nosotros los creyentes no estamos autorizados para andar atando o reprendiendo potestades o demonios, nuestra misión es anuncia el evangelio de Jesucristo a toda criatura, y este evangelio, siendo la verdad de Dios, los hará libres, como dijo Jesús es Juan 8:32.

No obstante, en caso que nos enfrentemos con un verdadero caso de posesión demoníaca, toda la iglesia debe unirse en ayuno y oración, suplicando al Señor que conceda la liberación a esa alma aprisionada por Satanás, confiando en que muy pronto vendrá la libertad para la desafortunana persona, predicándole a todo momento el evangelio redentor de Cristo.

Su servidor en Cristo,

Julio César Benítez
www.caractercristiano.org

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viernes, 4 de septiembre de 2009

¿Qué diferencia existe entre Tentar y Probar?

DON JULIO AYÚDEME CON UNA PREGUNTA
NO TENGO CLARO EL VERSICULO 12 DE SANTIAGO 1
12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
Que diferencia hay en estas dos palabras


Apreciado David,

Saludos.

Santiago usa las dos palabras como sinónimos. Tentación y prueba. Satanás es el tentador. Dios no induce a la gente a pecar, porque Él es santo y odia el pecado.

No obstante, Dios prueba la fe de los creyentes con el fin de fortalecerles, o mostrarles su pecado.

Por ejemplo, Adán fue probado en su obediencia, y falló, pecó contra Dios. Dios inició, por así decirlo, la prueba, al darle un mandamiento que cumplir. Luego Satanás, obviamente por permiso divino, trajo la tentación a Adán, y éste pecó. Dios no lo indujo a pecar. El hombre mismo quiso pecar, cediendo a la tentación.

Job fue probado en su fe. Dios mismo introduce el tema de Job en la conversación con Satanás, incitando así al Diablo a tentarlo o probarlo. Dios probó la perseverancia de Job, pero para ello usó a Satanás, quien es especialista en tentar.

David fue probado en su obediencia. Satanás lo induce a hacer un censo, es decir, usa el orgullo pecaminoso de David. Pero en últimas, esto fue una prueba de parte de Dios. Lee 2 Samuel 24:1; 1 Cr. 21:2. Dios se guarda de no tener relación alguna con el pecado, aunque puede usar a Satanás para probar la santidad de los creyentes.

En el caso de Cristo, debía ser probado en todo, ese era el propósito divino. Y para ello usa a Satanás, el tentador, quien llena de tentaciones el ministerio de Jesús.

El apóstol Pedro debía reconocer la impetuisidad de sus palabras, pero la fragilidad de las mismas, así que Jesús le dice que Satanás le ha pedido al Padre permiso para tentarle, y Jesús le dice que sí. Es decir, Dios soberanamente quiere darle una lección a Pedro, pero como esta lección implica una tentación, entonces usa a Satanás. Como dijo Calvino, Satanás es el pobre diablo de Dios. Le sirve aunque no quiera.

En todo esto vemos que las pruebas son necesarias para nuestro crecimiento, y Dios las permite en su soberana voluntad, pero nunca tienen como propósito conducir al hombre a pecar, sino a fortalecerse en su fe, a reconocer su propia pecaminosidad y depender totalmente de él.

Ahora, si pudiéramos establecer una diferencia entre las palabras "tentar" y "probar" sería esta:

La prueba de parte de Dios tiene como propósito fortalecer la fe del creyente, reconociendo su propia debilidad y necesidad del poder de Dios.

La tentación viene solamente de Satanás y tiene como propósito conducir al creyente a la caída, al pecado.

martes, 26 de mayo de 2009

¿Porqué en los cultos de algunas iglesias no hacen oraciones de guerra espiritual o declarando sanidad sobre las personas?

Hermano Julio: buenas tardes!

Hoy sin querer llegue a su página y vi el contenido de algunas preguntas y que bendición son para todos nosotros. Mas tengo algunas preguntas que me gustaría que usted me ayudara.
Yo era de la iglesia del Rey Jesús de Miami con los pastores Guillermo y Ana Maldonado y gracias a Dios pues El abrió mis ojos y me ha mostrado cosas que no son bíblicas
comenzando con el g12.
Poco a poco he descubierto que no existen maldiciones generacionales, que cuando alguien le impone la mano no hay transferencia de demonios o espíritus, mas ahora me congrego en una iglesia donde veo las oraciones muy sencillas y no de guerra y no veo que liberen a alguien de espíritus o sanación, además no veo en las oraciones que declaren y establezcan ciertas cosas, dicen que hablan lenguas pero debe ser en secreto porque con la gente no se escucha nada.....etc
Por favor usted me puede ayudar con Marcos 16, 17-18 y Juan 14, 12-14.
Si yo soy hija de Dios porque no puedo pedir y declarar sanidad en alguien.
Tengo muchas dudas.
Gracias y Dios los bendiga

Apreciada hermana,
Sus preguntas son justas y merecen respuestas bíblicas. Como usted, muchos creyentes que han nacido o crecido en iglesias con tendencias neo-carismáticas se han acostumbrado a una cosmovisión cristiana no bíblica, y se desaniman cuando conocen iglesias cristianas más históricas o conservadoras y no encuentran muchas de las prácticas o creencias a las cuales se habían acostumbrado.
Me alegro que el Señor le haya guiado a salir de una organización religiosa donde el énfasis no está puesto en las Sagradas Escrituras sino en la “visión” de un hombre. La Palabra nos dice “salid de en medio de ellos” (2 Cor. 6:17).
Respecto a su inquietud, en la cual textualmente dice que en la nueva iglesia donde se congrega “veo las oraciones muy sencillas y no de guerra y no veo que liberen a alguien de espíritus o sanación, además no veo en las oraciones que declaren y establezcan ciertas cosas” lo que usted debería preguntarse es: “¿Cuál es el modelo que encuentro en las oraciones bíblicas? ¿Oraban los creyentes bíblicos oraciones complejas, de “guerra”? Si somos honestos en la Palabra no encontramos esa clase de oraciones. Si usted lee en el libro de los Hechos de los apóstoles las oraciones que se encuentran registradas, siempre son oraciones “sencillas”, es decir, oraciones en las cuales el creyente derrama su corazón delante del Señor, con confianza, suplicando su misericordia.
Jamás encontramos que los creyentes, en sus oraciones, le hablas a los demonios o a Satanás, o lo estén reprendiendo o peleando contra él en la oración. Pues, la Biblia es muy clara al respecto, y nos advierte de no hacer eso: “Jud 1:8 No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.
Jud 1:9 Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.
Jud 1:10 Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales.”

Veamos cómo eran las oraciones de la Iglesia Primitiva:

Jesús nos enseñó a orar:

Luc 11:2-4 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.

Esta es una oración “sencilla”, no tiene declaraciones de guerra, sino que por el contrario, suplica al Señor que él lo libro del mal o del maligno. La única oración de guerra que encontramos en la oración modelo que nos enseñó Jesús es pedirle al Padre que en su gracia nos libre del maligno, para no ceder en la tentación.

Otra oración de la iglesia la encontramos en Getsemaní:

Luc 22:41-42 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

En esta oración bíblica Jesús pide al Señor le conceda la bendición de ser librado de la Cruz, pero él reconoce la soberanía y el gobierno de Dios sobre todo y termina orando: “Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” Jesús hecha por tierra las oraciones de todos los que se atreven a reclamar, declarar o establecer cosas, nosotros no reclamamos nada, no declaramos cosas como si fuéramos dioses, ni establecemos cosas en la oración como si nosotros domináramos la voluntad de Dios, Jesús, siendo el Hijo de Dios, ni siquiera lo hizo, sino que, encontrándose en estado de humillación y sometido al Padre oró pidiendo que no se hiciera lo que él deseaba, sino que solamente se haga la voluntad del Padre. Nosotros, imitamos a Cristo, y oramos pidiendo siempre que se haga la voluntad del Señor.

Y si revisamos el resto de las oraciones en el Nuevo Testamento no encontraremos NINGUNA en la cual los creyentes establezcan pelea contra el Diablo o reclamen cosas o establezcan cosas, pues, la oración no tiene ese fin. La oración conduce nuestro corazón a un estado de humillación en el cual buscamos que la voluntad de Dios se haga en nosotros y le suplicamos su misericordia concediéndonos el conocerle más para agradarle.

Lea las siguientes oraciones: Hechos 1:24; Hechos 4:24-30; y si revisas las cartas apostólicas, nunca hallarás oraciones de guerra o estableciendo cosas, siempre son oraciones humildes que se levantan hasta el Trono de la Gracia.

Ahora, las “liberaciones” de las que hablas, lo cual me imagino que se refiere a la práctica exorcista para la liberación de demonios que poseen a las personas, tampoco forma parte del culto de la iglesia. Si lees los primeros capítulos de los Hechos encontrarás que los cultos consistían de: Oraciones, cánticos e himnos, lectura y predicación de la Palabra, acciones de gracias, ofrendas y la celebración de la Santa Cena y el Bautismo. Jesús fue quien mas liberó a personas de los demonios, pero esto lo hacía en las casas o en medio de sus predicaciones itinerantes, como una señal de que había llegado el Reino de los cielos. En esta espacio tan corto no puedo ahondar en la práctica de la liberación de demonios, pero le recomiendo ingrese a mi página www.caractercristiano.org y en la sección de Audio Libros encontrará uno sobre el CONFLICTO ESPIRITUAL, escucha esta serie de estudios en Mp3 donde explico de manera detallada la práctica de las liberaciones.

Respecto a su inquietud sobre las oraciones en “lenguas extrañas” en medio del culto, creo que la Biblia es muy clara al respecto y ella prohíbe que las persones oren en lenguas en medio del culto, al menos que otra persona las pueda interpretar:

1Co 14:1-19 Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis. Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación. Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablare con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina? Ciertamente las cosas inanimadas que producen sonidos, como la flauta o la cítara, si no dieren distinción de voces, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o con la cítara? Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla? Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire. Tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado. Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí. Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia. Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla. Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento. Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros; pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.

Así que en la Iglesia no se habla en lengua extraña o desconocida, sino en la lengua que todos pueden entender. Este es el principio bíblico.
Así que lo más probable es que usted se está congregando en una iglesia que obedece los principios Escriturales, para la Gloria del Señor.

Usted y yo no podemos declarar “Sanidad” sobre alguien porque el único que tiene el poder de sanar es Dios. Nosotros solo podemos pedir al Señor que en su gracia sane a tal persona, esa es la instrucción para la Iglesia: Stg 5:14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.” El apóstol Pablo estaba enfermo y pidió al Señor que lo librara de la afección que le producía un emisario de parte de Satanás, pero la respuesta del Señor fue que no lo libraría de esa afección. Así que nosotros no sabemos si Dios quiere sanarnos o no, por eso solo nos toca orar con fe, confiando en que él es poderoso para sanarnos pero dependiendo de su entera voluntad.
Por cierto, a pesar de que el apóstol Pablo estaba siendo afectado físicamente (en su carne) por un emisario de Satanás, él no hace una oración de guerra espiritual, sino que ora al Señor pidiendo su gracia, pero la respuesta del Señor es que no le quitará ese dolor, sino que lo usará para librar al apóstol del orgullo espiritual. Por favor lea 2 Corintios 12:7-9
De la misma manera el apóstol menciona a otros genuinos creyentes que estaban enfermos y, aunque habían orado por él, como suponemos, no obstante el Señor no los sanó (Lea 2 Corintios 11:29; 2 Timoteo 4:20; 1 Timoteo 5:23), porque no tenemos una promesa de que todas nuestras enfermedades serán sanadas en esta vida terrena, sino que nuestros cuerpos serán totalmente librados de la enfermedad y la muerte cuando nos encontremos en el estado eterno, en nuestra completa glorificación (Apocalipsis 21:4) En estado eterno veremos el cumplimiento de la promesa de Isaías 53:4. Ahora transitamos por en medio de un desierto, pero a pesar de las enfermedades que nos puedan aquejar y las angustias, confiamos y no desmayamos, sino que dependemos en todo del Señor quien es nuestra fortaleza.


Usted menciona a Marcos capítulo 16 y Juan 14. Son pasajes muy mal interpretados y aplicados en el día de hoy, pero el espacio no es suficiente para hablar sobre esos pasajes.

En una próxima entrega hablaré sobre el significado claro, obvio y correcto de estos pasajes.

Espero que esta corta respuesta aclare muchas de sus dudas.

Su servidor en Cristo,

Julio C. Benítez

martes, 14 de abril de 2009

Ejemplos bíblicos de siembras económicas para recibir milagros

Ejemplo bíblico de una persona que quería “sembrar” dinero para recibir a cambio una “bendición” y ejemplo bíblico de un pastor que recibió una “siembra” de alguien que había sido sanado de una penosa enfermedad.

“Apreciados amigos, soy el profeta Carlos Manrique[1] y tengo una palabra profética para todos los oyentes. Tengo una bendición profética para aquellas primeras cincuenta personas que llamen a la emisora y “siembren” una buena cantidad de dinero. Estas cincuenta personas que siembren en la emisora recibirán un milagro poderoso de parte de Dios en estos días. No importa la enfermedad o el problema, el Señor hará el milagro que están esperando”.
Estas son las palabras de un “profeta” brasilero que visitaba una ciudad de la costa atlántica colombiana y trataba de “bendecir” a los incautos oyentes con una supuesta profecía.
Decenas de personas se comunicaron con la emisora y “prometieron su siembra económica” esperanzados en recibir el “milagro” que deseaban.
Esta escena se repite día a día en Colombia y el resto de naciones latinoamericanas. Es una práctica constante y abundante en numerosas iglesias, ministerios o instituciones que se hacen llamar cristianas.
Pero ¿Qué dice la Biblia al respecto? ¿Es verdad que los “profetas” bíblicos podían prometer a todas las personas que les dieran dinero: la sanidad o un milagro en particular? ¿Podía un profeta bíblico pedir dinero para su ministerio a cambio de hacer milagros? ¿Autoriza el Señor en las Sagradas Escrituras a los pastores y líderes a pedir dinero (“siembra”) a los creyentes e incrédulos para que así puedan recibir bendiciones materiales o de otra índole?
Antes de responder estas preguntas me gustaría analizar dos casos presentados en la biblia respecto a la práctica de lo que hoy día muchas personas llaman “la siembra”. Un caso trata de un “creyente” que desea sembrar dinero en un apóstol para recibir una “bendición” y otro caso de un líder (algo así como un copastor) que recibe dinero o “siembra” de una persona que ha sido beneficiada por un verdadero milagro de sanidad.
El primer caso. En la ciudad de Samaria están sucediendo cosas maravillosas. Felipe, a causa de una fuerte persecución en Jerusalén, había descendido a esta ciudad y predicaba con denuedo el Evangelio. Mucha gente acudía a escucharlo. Algunos enfermos y personas poseídas por espíritus inmundos eran sanados por el poder del Espíritu Santo que obraba a través de Felipe. Los habitantes de la ciudad estaban gozosos al escuchar la predicación del reino de Dios que ha llegado a ellos a través de la predicación cristiana.
Muchas personas llegaron a los pies de Cristo, entre ellos un hombre dedicado a la magia, es decir, al engaño. La Biblia dice que engañaba a la gente haciéndose pasar por algún grande. Había aprendido ciertos trucos y con esto explotaba a la gente.
Pero Simón, el mago, creyó en Cristo. No solo creyó sino que fue bautizado y hecho miembro activo de la Iglesia naciente en Samaria.
Al poco tiempo de esta predicación abundante en Samaria, llegaron varios apóstoles desde Jerusalén con el fin de confirmar la fe de los nuevos creyentes y verificar lo que el Señor estaba haciendo en esta ciudad.
Los hermanos Pedro y Juan llegaron y estuvieron algún tiempo con los creyentes, orando por ellos e imponiendo las manos para que recibieran el don del Espíritu Santo, pues, solo habían sido bautizados en el nombre de Jesús. Cuando estos verdaderos apóstoles oraban por los nuevos creyentes, ellos recibían el don del Espíritu Santo.
Cuando Simón, el mago convertido al cristianismo, vio que los apóstoles oraban por los creyentes y recibían el Espíritu Santo, su corazón se llenó de un sincero deseo por tener ese mismo poder, como diríamos en el lenguaje de los modernos “apóstoles” o “profetas”, Simón quería recibir la misma “unción” para él también impartir el Espíritu Santo. Él quería esta bendición y, de la misma manera que los falsos predicadores de hoy día, pensaba que era necesario dar una siembra económica para que el Señor tuviera a bien concederle esta “unción” o “bendición”.
Así que Simón se arma de valor y llega donde Pedro y Juan a llevarle o proponerle la “siembra económica”, él les dice “Dadme a mí también este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo”. Pero antes de decir esto, Simón ha prometido la “siembra” al ministerio apostólico de Pedro y Juan. Él les ofreció dinero. Así como hacen miles de personas incautas en Latinoamérica. Ellos esperan a que llegue un supuesto “apóstol” o “ungido” y entonces le llevan grandes donaciones de dinero con el fin de recibir la bendición especial que desean. Esto es a lo que ellos llaman “siembra”. Pero escuchen cuál fue la respuesta de un VERDADERO APÓSTOL de Cristo ante la propuesta de una siembra: “Tú dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.” Hechos 8:20
Esa será la respuesta que muchos escucharán en el gran día del juicio, muchos serán declarados malditos y lanzados al infierno, porque no buscaron al Señor con los propósitos correctos, sino que estaban interesados en disfrutar de los asuntos materiales de este mundo comprando las bendiciones de Dios a través de las famosas y engañosas “siembras”.
Un verdadero apóstol no solo se abstiene de recibir dinero de aquellos que pretenden “sembrar” en Dios para recibir un milagro, sino que no promueve esto. Pero lo que encontramos hoy en los falsos apóstoles modernos es que no solo están dispuestos a recibir dinero de gente incauta sino que PROMUEVEN el que las personas les den dinero a cambio de recibir un milagro.
Pero escuchen lo que les pasará a esos falsos pastores, falsos maestros, falsos apóstoles, falsos profetas que andan por todas partes robando a gente incauta a cambio de ofrecerles milagros o bendiciones, y aquí pasamos al segundo caso, al caso de un “copastor” que decidió recibir el dinero que ofreció una persona beneficiada por un verdadero milagro:
Resulta que un general del ejército de Siria estaba enfermo, con lepra. Su situación era terrible. Pero un día, por la gracia del Señor, una sirvienta Israelita le comenta a la esposa de este general que en Israel hay un profeta del Señor, el cual puede orar por Naamán, el general sirio, y su enfermedad puede sanar. Con esta voz de esperanza el general sale, con toda la pompa de un alto oficial de este imperio, y llega hasta la humilde morada del profeta del Señor, en búsqueda del milagro. El profeta del Señor no sale a recibir a este importante general, sino que manda a un mensajero a decirle que se lave siete veces en el río Jordán. El general se sintió desatendido, él pensaba que este profeta iba a salir a recibirle y darle los reconocimientos que merecía su dignidad militar, pero no fue así. Tan distinto como hacen los modernos “profetas” quienes no escatiman esfuerzo alguno para dar reverencia a cualquier dignidad política que visite sus templos, y a pesar de que sean políticos incrédulos los suben al púlpito y los ungen como siervos del Señor. Tenemos tanto que aprender de las Sagradas Escrituras.
Lo cierto es que este general, a pesar de sentirse ofendido por la actitud del profeta, termina obedeciendo y se zambulle en el río, quedando completamente sano de su enfermedad. Ha recibido una gran bendición.
Lo interesante de la historia, que quiero analizar en este escrito, es lo que sigue. El general se siente agradecido con el Señor por este verdadero milagro y decide “sembrar” en el profeta ciertos presentes, a lo mejor joyas y bienes materiales. Es como una muestra de gratitud por el favor recibido. Pero el profeta decide rechazar la “siembra” del general. El verdadero profeta sabe que todo lo ha recibido de gracia y de gracia debe darlo. (Mateo 10:8). Así que NUNCA recibirá dinero o bienes por los milagros que el Señor quiera hacer a través de ellos.
Algunos modernos y falsos profetas, no solo reciben dinero o bienes de aquellas personas que supuestamente han recibido un milagro, sino que motivan a la gente a darles dinero por futuros milagros que puedan recibir.
El general insistió en dar su “siembra” al profeta, pero este la rechazó. Así que el general se fue para su país.
Pero un ayudante del profeta, llamémoslo su “copastor”, pensó en su corazón “¿Cómo es posible que el profeta rechace esta bendición que el Señor nos manda? Nuestro ministerio necesita crecer, necesitamos una mejor casa en vez de esta humilde morada en la que estamos, ¿Cómo podemos rechazar la gran bendición económica que el Señor nos manda?”, así que este copastor decide alcanzar al general y recibir de él la “siembra”. Giezzi, el ayudante del profeta, alcanza a Naamán y este le da grandes regalos materiales para el ministerio profético.
Una vez que el copastor regresa donde el profeta, éste es reconvenido por el siervo del Señor a causa de lo que ha hecho y el profeta le dice, así como nos dice a todos los cristianos de este siglo y le dice a todos los falsos “apóstoles, profetas, pastores y maestros” que han convertido la fe cristiana en un mercado negro: “¿Es tiempo de tomar plata, y de tomar vestidos, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas (podríamos agregar: autos lujosos, casas costosas, vida suntuosa…)?” 2 Reyes 5:27 “Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre” (Vs. 27)
Esta es la condenación para los que estafan al pueblo, a las ovejas hambrientas: su corazón se llenará cada día de la lepra del pecado y se hundirán más y más en su hambre materialista y, así como Demas, abandonan la verdadera fe amando más a este mundo y las cosas materiales que están en él (Lea 2 Timoteo 4:10).
Apreciado hermano, ten cuidado de los falsos ministros que pululan por todas partes hoy día. Si un ministerio o pastor o “profeta” o “apóstol” está pidiendo siembras económicas para que tú recibas milagros, o está recibiendo siembras económicas de aquellos que han recibido milagros, no les creas, tenles por falsos. No tengas temor de sus maldiciones, no temas juzgar sus doctrinas y prácticas, pues la Biblia te autoriza a hacerlo. Jesús felicitó a la Iglesia de Éfeso por probar, juzgar, a los que en esa época se decían ser apóstoles. Los sometieron a prueba, verificaron que su doctrina y práctica fuera como la de los verdaderos apóstoles nombrados por Cristo, y los hallaron falsos, mentirosos. (Lea Apoc. 2:2). No tengas miedo de juzgar sus doctrinas y prácticas, nada te va a pasar, más, si no lo haces, si te pueden pasar muchas cosas:
- Ser engañado, estafado
- Ser alimentado en tu codicia por las palabras lisonjeras y engañosas de estos hombres que no son más que mercaderes de la fe, como dice Pedro: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras…, Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros (los creyentes) con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme” 2 Pedro 2:1-3
- Ser maldecido por Dios. Recuerda las palabras de Pedro a Simón, el que quería sembrar en el ministerio apostólico para recibir una bendición: “Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero” Hechos 8:20 o recuerda lo que le pasó a Giezzi, el siervo del profeta, murió leproso.
- O lo peor que puede pasar, es que tu alma sea condenada eternamente en el infierno. Los falsos profetas, que casi siempre hablan con palabras dulces, halagadoras, de paz y prosperidad, no están interesados en la salvación eterna de las personas, no les interesa el alma, solo están interesados en satisfacer sus vientres y vivir cómodamente. (por favor, lee el ensayo que escribí sobre los profetas y la profecía en la Biblia el cual me lo puedes solicitar por email jcbbenitez@hotmail.com)
Apreciado hermano en la fe, las iglesias cristianas históricas, desde el primer siglo, hasta este siglo, nunca ha practicado lo de la siembra para recibir milagros o bendiciones. Esto es algo nuevo, de este siglo materialista. Forma parte de la mercadería de la fe. El Señor obra milagros como él quiere, cuando él quiera y sin cobrar un solo peso.
Los creyentes somos llamados a ofrendar con alegría para el sostenimiento de la obra y en especial para ayudar a los creyentes pobres (Lea 2 Corintios capítulos 8 y 9), pero nunca se nos pide ofrendar para recibir milagros. Esto es una herejía y forma parte de los engaños de los tiempos finales.
No dejes que tu corazón se llene de avaricia escuchando las falacias que predican estos falsos “profetas”, que tu corazón no se encuentre como el de Simón “porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás” Hechos 8:23.
Si has practicado la siembra para recibir milagros, haz lo que Pedro le dijo a Simón: “Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá sea perdonado el pensamiento de tu corazón.” Hechos 8:22
Ora como hizo Simón: “Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí” Hechos 8:24
Evita escuchar las falsas predicaciones de estos modernos “apóstoles o profetas” que piden siembras de dinero para que ustedes reciban milagros, evítalos como se evita a una plaga. No escuches emisoras “cristianas” de radio o televisión donde sus predicaciones están centradas en el dinero, y en los milagros a cambio de siembras.
Busca iglesias cristianas donde aún se predique el evangelio de una manera pura, fiel a lo que los verdaderos y únicos apóstoles del cordero predicaron y enseñaron. No te dejes engañar por los vividores de la religión. No temas sus amenazas, nada pueden hacer contra ti. Así como Dios no escuchó las maldiciones que lanzó el falso profeta Balaam sobre el pueblo de Israel, de la misma manera Dios no escuchará las maldiciones que lanzan estos falsos “profetas o pastores” sobre aquellos verdaderos creyentes que abandonan sus nefastas filas.
Estamos para ayudarles a salir de este terrible engaño.
El Señor les ayude.
Julio C. Benítez
Fundación Instituto Bíblico Reformado de Colombia
Director General

jcbbenitez@hotmail.com
http://www.ibrcvirtual.org/
http://www.caractercristiano.org/
Nota: Ustedes pueden imprimir, copiar o transmitir este escrito, siempre y cuando no se le hagan modificaciones, no se venda y se den los reconocimientos respectivos.
[1] Nombre ficticio

jueves, 8 de enero de 2009

¿Cómo puedo salir de una iglesia "legalista" donde no estamos creciendo y nos estorban para trabajar?

PREGUNTA

Cordial saludo, Miles de bendiciones reciban desde colombia, hno estuve observando su programa y fui impactada con las verdades del reino, en ese momento y aun me encuentro en una situacion muy confusa, con el animo de ser aconsejada bajo la direccion de Dios me dirijo a ustedes, mi situacion es que desde que conoci al Señor Dios me ha dado un amor por el trabajo con niños, junto a mi esposo crecimos en una iglesia con buena doctrina pero sin imposiciones de hombre, mi dilema es que hoy en dia nos congregamos en una de esas congregaciones denominadas "legalistas" alli yo quise servir al señor, pero he tenido muchos inconvenientes con el lider ya que mi hno yo aun no me identifico con ese tipo de enseñanzas, no se como llegamos alli pero el problema es como salir de allli? hay algo que lo impide siempre que pienso en hacerlo recuerdo las palabras de este lider tratando de decirme que si salgo de alli no me ira nada bien, pues que ellos se consideran "una muy buena iglesia" , mi hno que hago? que hacemos? mi esposo y yo estamos confundidos, siento que ellos nunca nos veran a su supuesto nivel espiritual, por favor en el nombre de Jesus agradezco su ayuda.

RESPUESTA:

Apreciada hermana,

Reciba los mas afectuosos y fraternales saludos.

Comprendemos su situación eclesiástica y es un poco dificil. Pues, hacerse miembro de una iglesia, significa identificarse con lo que esa iglesia profesa y practica. Por eso es necesario conocer muy bien la doctrina y práctica de una iglesia local, antes de tomar la decisión de hacernos miembros de la misma.

Las iglesias locales bíblicas tienen la autoridad espiritual dada por Cristo (Mateo 18:15-20) y ningún miembro debe salir de ella, a menos que sea por una causal bíblica justa.

Ahora, usted y su esposo no comparten la visión "legalista" de la iglesia y eso les está impidiendo crecer espiritualmente y en el servicio cristiano, lo cual es un serio problema.

Mi recomendación es que ustedes hablen con el pastor, de manera clara, y le expresen, con todo respeto, su diferencia doctrinal o práctica y cómo esto les está impidiendo crecer. Hablando con el pastor, tal vez ellos cambien su posición, si ustedes logran mostrarle a la luz de las Sagradas Escrituras el error, o a lo mejor logren acordar buscar otra iglesia. Pero esto debe ser en armonía con el pastor actual.

Ahora, si una iglesia se atreve a lanzar maldiciones sobre un creyente que solicita traslado de membresía para otra, por causas justas, entonces esa iglesia está tomando atribuciones que no le corresponden, y sus maldiciones no serán sino solo palabras vacías. La Iglesia ha sido llamada para bendecir, no para maldecir.

Espero que estas recomendaciones sean de utilidad para usted y le ayuden a tomar decisiones sabias que glorifiquen al Señor.

Su servidor en Cristo,

Julio C. Benítez

lunes, 8 de diciembre de 2008

¿La maldición dada por Dios a su nación, según Malaquías, es para nosotros también?

El pasaje de Malaquías 3:8-10 contiene importantes enseñanzas para todos los creyentes. Pero es necesario revisar el contexto de este pequeño libro del Antiguo Testamento, con el fin de entender el verdadero sentido del mismo.
Recordemos que uno de los sanos principios para interpretar de manera correcta un texto, consiste en ubicarlo dentro del contexto en el cual se encuentra, y luego de estar seguros de su interpretación podemos llegar a algunas aplicaciones para nosotros los creyentes.

El último libro del Antiguo Testamento contiene las declaraciones proféticas de Malaquías, quien es enviado por Dios para reprender a su desobediente pueblo y traerlo al arrepentimiento, pues, de lo contrario sufrirá la terrible ira del Dios Todopoderoso.

La religión judía se encontraba en los niveles más bajos de la historia del pueblo escogido. Su degradación llegó a tal punto que se atrevieron a preguntarle a Dios ¿En qué nos amaste?, dudaban del amor de Dios e ignoraban los poderosos hechos obrados por el Señor para bendecir a su pueblo escogido, en detrimento de los descendientes de Esaú a los cuales había aborrecido. (1:3). El Señor confronta a su pueblo con las relaciones familiares o civiles y les pregunta “El hijo honra al padre, y el siervo a su Señor. Si, pues, soy yo padre ¿dónde está mi honra? Y si soy Señor ¿dónde está mi temor? (1:6). Todo el libro de Malaquías contiene esta clase de declaraciones en las cuales el Señor muestra su indignación por los altos niveles de desobediencia de su pueblo. No lo amaban, no tenían temor de él, menospreciaban su nombre, los sacerdotes, quienes eran los guías espirituales de la nación, se habían convertido en oscuridad e irrespetaban el nombre del Señor ofreciendo pan inmundo. El Señor había ordenado que sobre su altar solo se sacrificaran animales perfectos, pero el pueblo y los sacerdotes escogían los animales enfermos, ciegos, cojos, lo que no servía, y lo ofrecían de manera ofensiva al Señor. La situación espiritual llegó a decaer tanto que nadie quería servir al Señor, sino le pagaban o daban un salario (1:10).

El Señor les dice que sus ofrendas se habían convertido en una ofensa para con su grande nombre el cual había sido profanado. También estaban cansados y fastidiados de servir y ofrendar al Señor.

Desde el capítulo 2 el Señor empieza a declarar maldición sobre los sacerdotes y su pueblo, como consecuencia de su flagrante desobediencia. El Señor dice que dañará su cementera, sus cosechas, sus campos, sus tiendas. También les declara que vendrá un mensajero (Juan el Bautista) quien preparará el camino del Señor, quien vendrá para afinar y limpiar la plata, quien traerá juicio sobre los desobedientes.

En este orden de ideas, los versículos 6 al 12 continúan declarando las maldiciones que vendrán sobre su desobediente pueblo, pues, la fe, la vida espiritual era tan oscura, tan baja, que, además de ofender el nombre de Dios con sus vidas atestadas de pecado, habían dejado de diezmar, conforme al mandato expreso de la Ley Mosaica. (Lev. 27:30). El estado espiritual de esta nación estaba tan degradado que se habían preguntado ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligido en presencia de Jehová de los ejércitos?

El capítulo 4 termina con una declaración del terrible día del Señor el cual será como un ardiente horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa. (4:1), no obstante, en medio de tanto pecado, hay un remanente fiel, el cual será como un especial tesoro para el Señor.

Así que la maldición que Dios pronuncia, a través del profeta sagrado, sobre su pueblo, no es resultado exclusivo de su incumplimiento con los diezmos, sino de sus vidas disipadas, de su desobediencia en todos los sentidos, y la falta de amor para con el Señor.

Si un pastor o hermano, ha de predicar sobre este pasaje debe tener en cuenta que lo importante aquí es que Dios quiere un pueblo que le obedezca en todos los sentidos, que le ame con todo el corazón. Los diezmos son solo una pequeña parte de la causal de esta maldición.

Ahora, en el Nuevo Testamento no encontramos la Ley del Diezmo, sino que los creyentes son llamados a ofrendar y dar con alegría, conforme cada quien propuso en su corazón. (2 Cor. 9:7). Nuestras dádivas para el Reino deben ser conforme a la prosperidad que el Señor nos haya dado (1 Cor. 16:2). Incluso el Antiguo Testamento nos deja ver que las ofrendas y diezmos se dan, no para recibir más del Señor, sino porque él nos ha dado primero: “Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos” (1 Cr. 29:14).

Como mencioné en una respuesta anterior, nosotros como pueblo del Nuevo Pacto, aunque no tenemos la Ley del Diezmo, y por lo tanto no hay una maldición sobre nosotros en este sentido, si somos llamados a tener estándares de obediencia más altos que los que tenía el pueblo del Antiguo Testamento. Por lo tanto, siendo que aún debemos dar de nuestros bienes para el sustento y la extensión del reino, nuestro dar debe ser tan abundante que supere el diezmo, pero nunca será por temor a una maldición económica.

No es correcto usar este pasaje de Malaquías para forzar al pueblo cristiano a dar los diezmos, estos deben ser voluntarios y en un espíritu de sincero agradecimiento por las bondades recibidas de nuestro pródigo padre. No obstante, en todas las Sagradas Escrituras somos llamados a obedecer los santos mandatos del Señor. Si somos desobedientes no estamos mostrando amor para con nuestro Dios, y de seguro que la disciplina del Señor vendrá sobre nosotros. "Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo" (Hebreos 12:6. Todo pastor debe predicar con exhortación los santos mandatos del Señor, pero debe dar prioridad a lo que la Biblia le da prioridad: La justicia, la verdad, el amor, la misericordia, la fe, los diezmos o las ofrendas son importantes, pero no son lo más importante en la obediencia cristiana. Debemos motivar a los creyentes a ofrendar con alegría pero nunca presionarlos a hacerlo so pena de maldición.