lunes, 5 de agosto de 2019

Conociendo a Israel - El mar de Galilea - Un lago central en el ministerio de Cristo

El mar de Galilea: Un lago central en el ministerio de Cristo

El mar de Galilea con la ciudad de Tiberiades al fondo. Foto propiedad de Julio C. Benítez
Jesús fue criado en la ciudad galilea de Nazaret, y su ministerio tuvo como eje central la ciudad de Capernaún (Galilea). Casi todos los discípulos de Cristo eran galileos y la mayoría de ellos eran pescadores.

Cultivos en el valle del mar de Galilea.  Foto propiedad de Julio C. Benítez
En los tiempos de Cristo, los territorios de Israel se encontraban divididos en varias provincias. Las más mencionadas en los evangelios son Galilea, al norte; Samaria, en la parte central; y Judea, al sur, donde se encontraba Jerusalén.

Campos de Galilea.  Foto propiedad de Julio C. Benítez
Sus tierras se caracterizan por la abundante fertilidad, debido a la influencia del mar o lago de Galilea. En este cuerpo de agua dulce se practica la pesca desde tiempos inmemoriales. 

Colinas de Galilea.  Foto propiedad de Julio C. Benítez
Galilea es una región de pequeñas colinas que casi todo el año conservan su exuberante y natural belleza, el verdor de sus prados, las grandes flores silvestres y los cultivos que abastecen a todo el territorio de Israel. Por estos hermosos campos caminó Jesús y sus discípulos llevando el evangelio de salvación, sanando a los enfermos y liberando a los cautivos por el diablo.

Mar de Galilea.  Foto propiedad de Julio C. Benítez
 El mar de Galilea fue testigo no sólo del llamamiento que le hizo Cristo a muchos de sus discípulos, convirtiéndoles en pescadores de hombres, sino que en sus playas Jesús predicó muchos de sus más famosos sermones, e hizo portentosos milagros que testimoniaron de su divinidad, como caminar sobre las aguas, y mostrar el control pleno que tenía sobre las tormentas y la naturaleza en general.

 Foto propiedad de Julio C. Benítez
Los evangelios nos mencionan algunas tormentas que se desataron en este lago, a través de las cuales los discípulos no solo vieron el poder del Señor caminando sobre las aguas, o haciendo que Pedro caminara sobre las mismas, sino que les dio importantes lecciones de fe.

 Foto propiedad de Julio C. Benítez
El mar de Tiberiades está ubicado a 213 metros bajo el nivel del mar, pero en algunas partes recibe los fríos vientos de altas montañas o se encuentra rodeado de pequeños cerros; estos vientos al entrar en estos "caminos" entre montañas generaban muchos tormentas en el lago.

 Foto propiedad de Julio C. Benítez
Importantes ciudades estaban ubicadas en las costas del mar de Galilea, las cuales se mencionan en los evangelios: Capernaún, Betsaida, Magdala (de donde era María, de allí el sobrenombre Magdalena), Corazín, Tiberias y Gadara, donde Jesús liberó al endemoniado. Jesús, y los habitantes de estas ciudades, acostumbraban navegar en pequeñas embarcaciones para ir de un lado del mar a otro.

Embarcación del siglo I encontrada en el fondo del mar de Galilea. Foto propiedad de Julio C. Benítez
Jesús solía predicar a las grandes multitudes que se congregaban en las playas del lago de Galilea usando las pequeñas embarcaciones de pescadores amigos, aprovechando que el viento que soplaba desde el mar hasta la costa permitía llevar su voz a todos los congregantes.

Área del Banco occidental del mar de Galilea conocida como Gadara. Foto propiedad de Julio C. Benítez
Jesús solía atravesar este mar en las embarcaciones de sus discípulos para llevar el mensaje del Reino a las comunidades judías ubicadas en sus costas. Aunque, en una ocasión, arribó a las playas y terrenos de Gadara, una ciudad gentil que formaba parte de Decápolis (diez ciudades), donde liberó a un endemoniado, permitiendo que la legión de espíritus malos entraran en un hato de cerdos.


Lugar donde se cree que Jesús apareció a siete de sus discípulos luego de la resurrección. Foto propiedad de Julio C. Benítez

Desde una orilla de este cristalino lago Jesús se apareció a siete de sus discípulos, luego de su resurrección, e hizo el milagro de la pesca milagrosa, restaurando a Pedro luego del pecado de la negación, y mandándole pastorear y apacentar a las ovejas de Cristo. 








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