Características de los falsos maestros y las falsas
doctrinas (Parte 1)
v.
4
Por Julio
César Benítez
Porque algunos hombres han entrado encubiertamente,
los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres
impíos que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios
el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.
Introducción:
La
historia de la humanidad es testigo de las luchas y conflictos que se presentan
entre personas, culturas, sociedades y naciones. Los intereses de las personas,
reinos o naciones, en ocasiones les conducen a desatar guerras o luchas con el
fin de mantener la hegemonía o no permitir el ser subyugados por otros.
En
nuestra época hemos sido testigos de las guerras frías entre movimientos
políticos opuestos, pero de manera especial hoy se desatan fieras competencias
entre las grandes empresas multinacionales, las cuales buscan mantener o
incrementar su posición en los mercados.
Aunque
algunas guerras fueron ganadas a través de la fiera batalla cuerpo a cuerpo, es
una realidad que muchas otras fueron ganadas de manera sigilosa, permeando al
enemigo, entrando sigilosamente a través de espías, a través de filosofías que
poco a poco dañaban o convertían a las personas hacia los fines de los
contrincantes.
Introducirse
en medio del terreno enemigo, de manera sigiloso, es una táctica que los
enemigos han usado para derrocar a naciones, imperios y empresas.
La
Iglesia de Cristo libra una batalla crucial contra el mal. El enemigo de las
almas no cesa de rodear a la iglesia para hacerla desfallecer y conducir a los
creyentes a una vida espiritual mediocre, sin vida. Satanás busca dañar nuestro
testimonio cristiano, con lo cual hace mucho daño al avance del evangelio.
Siendo
que estamos en un campo de batalla donde el enemigo usa toda clase de
estrategias es nuestro deber estar alertas a sus astucias.
El
enemigo de la iglesia es muy astuto, él no escatima esfuerzo alguno para hacer
daño.
Él
sabe que los daños más grandes causados a la iglesia no provienen de afuera, de
los enemigos externos, sino de dentro. Los grandes escándalos de los líderes de
las iglesias han sido los instrumentos afilados que Satanás usa para dañar la
poca fe de los que están iniciando la vida cristiana.
Judas,
en el versículo 4, da una descripción de los enemigos que la iglesia tiene
dentro de ella, y estos son mas peligrosos que aquellas personas que de manera
abierta y franca se levantan en contra de ella.
El
Señor nos ayude a conocer estas características de los falsos maestros, de
manera que huyamos de ellos, denunciando su falsedad para que el resto no siga
sus nefastas y mortales pisadas.
1. Los falsos maestros hacen su trabajo de manera
solapada.
Judas
dice que algunos hombres han entrado
encubiertamente a la iglesia. Él usa la palabra griega pareisdyein, la cual significa literalmente “hundirse o
zambullirse, y así deslizarse secretamente…”[1].
Las personas que entran a una casa o lugar de manera sigilosa o encubierta, por
lo general, es porque están haciendo o quieren hacer algo perverso. Esta es una
palabra muy fuerte que también designa “…
las palabras halagüeñas y seductoras de un contendiente astuto que se filtran
gradualmente en las mentes…”[2].
Judas
usa una palabra que en español puede ser traducida como solapada, estos hombres
han entrado a la iglesia solapadamente. Un término que en nuestros diccionarios
de la lengua española significa “ocultar maliciosa y cautelosamente la verdad o
la intención”[3],
una persona solapada es aquella “que oculta maliciosa y cautelosamente sus
planes y pensamientos”[4].
Este
pastor de la iglesia apostólica no puede estar tranquilo cuando él sabe que
algunos hombres perversos están entrando a la iglesia de una manera subrepticia, es decir, a escondidas. No
por la puerta principal, sino por detrás. Estos no traen buenas intenciones.
Ellos
pudieron entrar haciéndose pasar por cristianos, pero realmente no lo son,
ellos ocultan sus verdaderos planes, y esto causa preocupación. El pastor, como
el miembro más aguzado y diestro, está alerta ante los ataques del enemigo, así
como el jefe de una manada de venados está alerta a los depredadores que se
esconden debajo de la maleza, estos fieros enemigos se arrastran en medio del
pasto con el fin de tomarlos por sorpresa.
Estos
hombres malvados pueden llegar a ocupar cargos tan importantes como el de
anciano o pastor, profeta, maestro de seminarios, pueden llegar a ser
predicadores afamados, pero no lo hacen con el fin de glorificar al Salvador,
sino para alcanzar sus planes ocultos.
El
Señor Jesús, cuando se presentó como el verdadero pastor que está dispuesto a
dar su vida por sus ovejas, también habló de esta clase de hombres o pastores
que entran subrepticiamente con el fin de hacer daño al rebaño y conseguir sus
fines egoístas. “De cierto, de cierto os
digo: El que no entra por la puerta es el redil de las ovejas, sino que sube
por otra parte, ése es ladrón y salteador. El ladrón no viene sino para hurtar
y matar y destruir… mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son
propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo
arrebata a las ovejas y las dispersa” Juan 10:1, 10, 12.
Judas
Iscariote estuvo con Cristo, por un tiempo se identificó con él y llegó a ser
parte del cuerpo apostólico, pero estaba allí no porque amaba al Señor y estaba
interesado en la salvación de las personas, sino porque el estar con Cristo le
representaba a él ingresos económicos, pues “… teniendo la bolsa (la tesorería del ministerio de Jesús), sustraía de lo que se echaba en ella”
Juan 12:6
Muchos
falsos hombres han entrado de tanto en tanto a la iglesia, en todas las épocas,
y estos hombres, cuando están dentro de ella y se hacen pasar por miembros del
cuerpo de Cristo y líderes de la iglesia, llegan a hacer más daño que el que
pueden producir los enemigos externos de ella.
Formas
solapadas de introducir herejías destructoras dentro de la iglesia pueden ser:
La música cristiana.
Los movimientos gay y algunas filosofías han usado la música como un vehículo
efectivo para transmitir sus ideales y calar de manera furtiva o disimulada a
la sociedad. Los movimientos ecuménicos, los movimientos judaizantes y la nueva
era están introduciendo sus ideologías a la iglesia a través de la música. Hoy
día todas las iglesias cantan las mismas canciones y usan los mismos ritmos, de
manera que el cantante cristiano no tiene problemas hoy día en alabar al Señor
cantando a un solo coro con los católicos romanos, los adventistas o los de la
nueva era. La música es el lenguaje universal que une a las distintas culturas,
pero también a las religiones. El ecumenismo busca que la gente crea en todos
los caminos que las religiones proponen para llegar al cielo, y para eso usan
la música cristiana, una música ambigua en su contenido, donde solo se habla de
amar a Dios, de adorar a Dios, y se repiten hasta el cansancio frases como “te
amo, te adoro, te quiero”, pero nunca se habla realmente de este Dios, de las
exigencias de este Dios Santo y de la exclusividad de la fe cristiana.
Los milagros y los dones carismáticos.
Hoy día se hacen campañas de sanación en las iglesias bautistas, en las
católicas, en las de la nueva era y hasta en los templos de los brujos
amazónicos (chamanes). Vemos en la televisión como muchos hombres que se hacen
pasar por predicadores cristianos, usan los supuestos dones milagrosos para
introducir herejías en la cristiandad, para promover el ecumenismo y apartar de
la fe a los incautos. Jesús ya advirtió que los falsos profetas harían milagros
y obras portentosas que engañarían a la gente: “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán
grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun
a los escogidos” (Mt. 24:24). Las grandes desviaciones doctrinales de la
cristiandad evangélica están introduciéndose de manera solapada o encubierta a
través de hombres que sustentan sus enseñanzas con las señales y milagros que
caracterizan sus ministerios. Muchos canales de televisión cristiana y emisoras
de radio son fuentes podridas de falsa doctrina, pero los creyentes les
escuchan porque ellos hablan de milagros, pero recordemos que estas señales no
son necesariamente obra del Espíritu Santo, sino que son instrumentos de
Satanás, pues, el apóstol Juan declara “Después
vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de
un cordero, pero hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera
bestia en presencia de ella, y hace que los moradores de ella adoren a la
primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. También hace grandes señales, de
tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los
hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha
permitido hacer en presencia de la bestia…” Apo. 13:11-14.
La
iglesia de hoy, como la de la época de Judas y Pedro, ha sido infectada por
numerosas doctrinas erróneas, pero sus falsos maestros lo han hecho de una
manera tan astuta, que la mayor parte del pueblo cristiano ni siquiera se han
dado cuenta que ahora están creyendo algo totalmente opuesto o desviado de la
doctrina bíblica. La astucia de estos malos hombres es tal que el apóstol Pedro
declara “Pero hubo también falsos
profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que
introducirán encubiertamente herejías destructoras…” (2 Pedro 2:1).
2. A los falsos maestros les espera la condenación.
“Los que desde antes habían sido destinados
para esta condenación”
Aunque
quisiéramos tener una iglesia totalmente limpia, donde todos nos amemos de
manera perfecta y no haya pecado, la verdad es que mientras estemos en este
mundo, la imperfección siempre estará en nosotros. Anhelamos la llegada del día
glorioso cuando el Señor perfeccione lo imperfecto, mientras tanto es nuestro
deber estar alertas, golpeando nuestra carne y mortificando nuestro pecado.
Las
Escrituras son claras en mostrarnos la realidad, no muy halagüeña, de que lo
falso coexistirá con lo verdadero en esta creación caída. De manera especial
las falsas doctrinas, enseñadas por falsos pastores y maestros, siempre han
estado peligrosamente cercanas al pueblo de Dios, y en muchas ocasiones dentro
de ella.
No
es nuevo que hoy haya muchos falsos maestros dentro de la iglesia, de esto han
hablado las escrituras.
Esto
es lo que está diciendo Judas. Una traducción más acertada de esta frase,
debiera ser “… de quienes hace mucho
tiempo se escribió que habrían de ser condenados”[5].
La palabra que traduce Reina-Valera como destinados (progegrammenoi) es un “participio perfecto pasivo de prographö escribir de antemano”[6].
Así
como las Escrituras nos hablan de la entrada de falsos maestros en medio del
pueblo de Dios, también nos han hablado de la condenación que les espera, pues,
el daño que ellos hacen al pueblo de Dios es muy grande. Son como el comején o
la polilla que poco a poco se introducen en la estructura de una casa, y en
poco tiempo tornan vana la madera, de manera que la casa se ve en serio
peligro.
Estos
falsos maestros son como estos insectos, abundan y entran solapadamente para
infectar con su doctrina virulenta a la cristiandad, de manera que si la
iglesia no tiene pastores atentos como Judas, podrán causar mucho daño.
Pero
las cosas no quedarán así. Un día, el Juez de toda la tierra, dará su justo
merecido a estos impíos. La condenación de los falsos maestros, la condenación
de la rebeldía no es algo nuevo, desde hace mucho tiempo las Escrituras nos han
hablado de ello.
Es
por eso que en los versos 5 al 15 el autor de la lacónica carta se dedicará a
mostrar con claros ejemplos bíblicos la condenación de los impíos: hablará del
juicio sobre los israelitas incrédulos en el peregrinaje a Canaán, los ángeles
que pecaron, Sodoma y Gomorra.
La
idea de Judas es advertir a los creyentes, que si ellos no están alertas a los
movimientos astutos de los falsos maestros, y no están dispuestos a luchar
vigorosamente por la doctrina bíblica, entonces muchos en la iglesia serán
afectados y seguirán a estos pastores impíos, pero no solo creerán una falsa
doctrina, sino que recibirán un castigo ejemplar por haber desechado la
verdadera fe cristiana y acoger lo falso. Los israelitas que en el desierto se
dejaron influenciar por la mala cizaña que sembraron unos pocos, recibieron la
misma condenación de los falsos maestros.
Esto
debe ser una advertencia para todos nosotros. Hoy día vemos como en una iglesia
local pasan de una doctrina a otra. Por ejemplo, conozco a numerosas iglesias
bautistas que durante algún tiempo caminaron en la doctrina apostólica, en la
doctrina bíblica. Pero un día llegó un pastor neófito o influenciado por las
filosofías de la época y cambió todo. Cambió el contenido y la forma de la
predicación, ahora solo predica de temas psicológicos, motivacionales o
positivistas. Cambió el culto o la liturgia, de los himnos pasó a los
estribillos sin contenido doctrinal donde se repiten una y veinte veces las
mismas palabras, de la evangelización bíblica ahora pasó al decisionismo y a
las prácticas de la moderna sanidad interior; pero lo sorprendente es que pocas,
pero muy pocas personas en dichas iglesias se siente incómoda por esos cambios.
Todos siguen al pastor en los cambios que hace, pareciera que nadie allí se
preocupara por verificar con las Sagradas Escrituras si estas cosas deben ser
así o no. Pero muchos dirán “bueno, el pastor tendrá que rendir cuentas ante el
Señor si no hizo las cosas conforme a la Palabra”, esto es cierto, pero él
también pedirá cuentas a cada creyente, pues, él nos dio la revelación escrita
a todos, no solo a los pastores. Somos responsables de detectar las falsas
prácticas o las falsas doctrinas, para hacerles frente con la Palabra y
corregir lo torcido.
En el Antiguo Testamento muchos de estos
falsos profetas fueron condenados con la muerte, como en el caso de los
profetas de Baal “Entonces Elias les
dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los
prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló” 1
Reyes 18:40
La
misma suerte le tocó al falso profeta Hananías, quien se oponía a la sana
enseñanza de Jeremías. “Entonces dijo el
profeta Jeremías al profeta Hananías: Ahora, oye, Hananías; Jehová no te envió,
y tú has hecho confiar en mentira a este pueblo. Por tanto, así ha dicho
Jehová: He aquí que yo te quito de sobre la faz de la tierra; morirás en este
año, porque hablaste rebelión contra Jehová. Y en el mismo año murió Hananías,
en el mes séptimo”. Jeremías 28:15-17
Estos
pasajes deben dar consuelo al creyente. Porque aunque los falsos profetas
estarán en medio de nosotros, sabemos que Dios no ignora la situación. Él no
nos abandona a la suerte de ellos, sino que, en su tiempo enviará sus juicios
sobre todos aquellos que dañan o tergiversan la verdad.
Aplicaciones:
-
Quiero iniciar aplicando estas sagradas enseñanzas en la vida del creyente.
Revisemos con cuidado cuáles son las reales intenciones que tenemos cuando
servimos en la iglesia, cuando hablamos dulcemente a las otras personas, cuando
nos mostramos afectuosos para con los demás, pues, si lo hacemos con el fin de
quedar bien, que los otros nos aprecien, o de mostrar cuán servicial soy,
entonces estaré identificándome con una de las características más prominentes
de los falsos maestros, el solapamiento. El Señor nos ayude a ser transparentes
para con los demás. Que las motivaciones, cuando hacemos o hablamos algo, sean
claramente presentadas, y que estas tengan como fin último y máximo glorificar
al Señor.
- Seamos diligentes en estudiar las Escrituras
y conocer de manera más certera la doctrina bíblica, de manera que no seamos
víctimas del engaño que promueven los falsos maestros. La mentira se enfrenta
con la verdad, pero esta verdad debe ser conocida con claridad. Si solo nos
conformamos con tener un conocimiento somero de la Biblia, es posible que
seamos confundidos por los actuales movimientos sectarios que han entrado al
cristianismo.
- Seamos cuidadosos en asuntos espirituales. No
todo el que dice Señor, Señor, realmente está sirviendo a Jesucristo, nuestro
Salvador. No todo el que predica de la Palabra, realmente está enseñando la
Palabra. Revisemos la doctrina que enseña, revisemos su conducta. Si bien es
cierto que en esta tierra no hay un solo hombre que peque, también es cierto
que los cristianos no convertimos el pecado en un hábito. Tengamos cuidado con
los profetas que nos dicen “paz y prosperidad”, pues, el Señor dice “yo no los
envié”. Tengamos cuidado con las predicaciones lisonjeras, donde nosotros somos
presentados como los dioses que gobernamos sobre el Dios soberano.
-
Apreciado amigo que aún no conoces de manera personal al Señor y Salvador,
ruega al Señor te ayude a salir del error en el que te encuentras. Tú crees que
Dios te ama y te acepta como eres, pero si estás practicando el pecado, y
persistes en no aceptar el Señorío de Cristo sobre todas las áreas de tu vida,
sino que tu decides lo que debes y no debes hacer, sin tener en cuenta al
Salvador, entonces también te espera una terrible condenación. Pero el Señor
hoy te invita a correr por tu vida, a escapar de los conceptos erróneos que
tienes de Dios, y buscarle entre tanto puede ser hallado.
-
No creas que porque algún cristiano te dijo que Dios ama al pecador y aborrece
el pecado, tendrás escapatoria de la condenación que vendrá sobre los hombres
que creen falsas doctrinas. Si crees que Dios no te castigará porque él ama al
pecador, te recuerdo lo que dijo Pablo en las Sagradas Escrituras: “... la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia”. Col. 3:6, “...nadie
os engaña con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre
los hijos de desobediencia”. Ef. 5:6.
-
Pero te invito para que acudas hoy a Cristo Jesús. Creyente, si has sido
descuidado en el estudio de la Biblia, de manera que has estado tentado a
seguir alguna doctrina falsa, acude a Jesús y confiesa tu pecado de descuido.
Él tendrá misericordia de ti y será abundante en perdonar, pero recuerda no
descuidar un solo día estudiando de manera seria las Escrituras y las
predicaciones que te dan tus pastores, para que estés firme frente a los
vientos de doctrina errónea que cada día soplan con mas fuerza dentro de la
cristiandad.
-
Amigo que aún no conoces al Salvador, míralo en la cruz sangrante, muriendo por
el hombre pecador, por ese hombre que ha preferido inventarse un dios a su
imagen, un dios que le permita practicar la inmoralidad sexual y toda suerte de
pecados, pero la cruz nos muestra que el Dios de la Biblia no considera el
pecado como algo insignificante, sino que este es tan horrible y tan perverso,
que ofrecer perdón a los pecadores le costó su propia vida. Ven hoy a Jesús y
empieza a disfrutar de la comunión con el Dios santo que nos ofrece su perdón.
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