Gracias por enviarnos su pregunta.
Por
lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones[1] a
los hombres[2].
Y eso de que subió, ¿Qué es, sino que también había descendido primero a las
partes mas bajas de la tierra[3]?
El que descendió es el mismo que también subió por encima de todos los cielos
para llenarlo todo. V.
8-10. El apóstol está hablando de los dones que Dios ha concedido a la
Iglesia para que ella sea edificada de acuerdo a Su
propósito. Pero estos dones también están relacionados con la obra de Cristo
cuando vino por primera vez a esta tierra. Todo lo que la Iglesia es y será, está
fundamentada en el sacrificio del que la compró a precio de sangre. Pablo
quiere concientizar a los creyentes en el hecho de la Unidad del cuerpo. Todas
las habilidades naturales o espirituales que tengamos deben ser utilizadas para
ayudarnos los unos a los otros como partes del pueblo de Dios. El que tiene
dones públicos de gran atracción o el que tiene dones menos vistos, ambos deben
saber que todo eso proviene del sacrificio redentor de Jesús. Nada es nuestro,
todo viene de Dios. Con el fin de ilustrar esta verdad el apóstol utiliza el
Salmo 68:18, mostrándonos como Cristo ganó el derecho para otorgar esos dones.
El estudioso de las Escrituras notará que Pablo ha hecho alguna modificación al
pasaje original del Salmo, pero no debemos apresurarnos a cuestionar este
método pues, esto “sugiere que lo mas
probable es que solo esté haciendo una alusión general al pasaje para fines de
analogía, y no para identificarlo de modo específico como una predicción
directa de Cristo.”[4] Procedamos a analizar el sentido que le da
Pablo a cada una de las frases que componen este pasaje, siempre teniendo en
cuenta el tema del cual se viene disertando, que es: Los dones de Cristo para la Unidad y edificación de la Iglesia.
Subiendo
a lo alto. El contexto histórico
en el cual se escribieron las palabras de este Salmo nos indica que esta frase
se refiere al desfile victorioso que hacían los reyes después de haber librado
una batalla contra el enemigo. Luego de la cruel batalla, y los sufrimientos
que ella acarreaba, el rey, con todos los soldados, mostraban a su pueblo el
botín y los trofeos de su gran victoria. De acuerdo al contexto del pasaje en
Efesios, Pablo está remontándonos a la victoria de Cristo Jesús sobre la
muerte, el diablo y el pecado (Col. 2:15). Cristo, en su vida, crucifixión,
muerte y resurrección había conquistado a los enemigos del pueblo que quería
salvar y subió victorioso ante Su Padre Celestial.
Llevó
cautiva la cautividad.
Este versículo ha sido interpretado de diferentes maneras por algunos autores
cristianos. Por ejemplo, MaCarthur dice al respecto: “... y por esa gran victoria llevó cautiva la cautividad, compuesta por
todos los seres humanos que habían sido prisioneros del enemigo pero ahora eran
devueltos al Dios y al pueblo a que pertenecían. La ilustración es vívida en su
demostración de que Dios aún tiene personas que le pertenecen y no son salvas
todavía, aunque por naturaleza están en las garras del diablo y allí se
quedarían de no ser porque Cristo por su muerte y resurrección hizo provisión
para llevarles a la cautividad de su reino.”[5]
Por otro lado el reconocido comentarista bíblico Carlos Erdman dice: “Nada hay en las palabras de Pablo o del
Salmista que indique liberación de la prisión, ni que los que son llevados como
prisioneros lo hubieran ya estado antes. La frase que Pablo emplea quiere
transmitir la idea del salmo, “cautivaste la cautividad”. Es una simple
descripción de la conquista de los enemigos. No hay razón para suponer que
Pablo se refiera a la redención de los cristianos, ni a hombres que habían
estado atados por el pecado, ni a espíritus malos, ni a almas que habían estado
prisioneras en el Hades. La referencia no significa más ni menos que todo lo
que va implicado en las ascención triunfal de Cristo.”[6] William Hendriksen afirma: ”Como resultado de su obra de mediación
realizada volvió al cielo triunfante, siendo totalmente dueño de la salvación
para su pueblo. Este pueblo estaba en su procesión triunfal. Eran cautivos en
fila, como si estuvieran cautivos a su carro. Era una gran hueste de cautivos.
Entre ellos estaba Pablo, destinado juntamente con los demás a esparcir por
todo el mundo la fragancia del Evangelio.”[7] Después de leer estos comentarios quedamos
con la inquietud por saber cuál se ajusta más al conjunto de enseñanzas de las
Escrituras. Permítaseme agregar otro aporte. Como hemos dicho anteriormente, la
porción del salmo que Pablo está utilizando se relaciona con el desfile de los
reyes que, después de la guerra, traen el trofeo o el botín tomado en su
victoria. Lo mas acertado es concluir que la enseñanza de Pablo está enfocada
hacia la victoria ganada por Jesucristo en su obra redentora. Esta victoria fue
ganada sobre el pecado, la muerte y Satanás, pero ¿Cuál es el trofeo o el botín
que Cristo presentó ante Su Padre? ¿No somos los creyentes el premio de Cristo?
¿Acaso no es Su Iglesia la que ha de presentarse un día como Su novia, la cual
compró con su sangre? Es probable que la frase que estamos analizando en esta
sección esté indicando a los creyentes como parte de ese botín. Esto parece
quedar afirmado por la siguiente frase del pasaje: y dio dones a los hombres. ¿A cuáles hombres dio Jesús los dones? No
pudo ser a todos los hombres, puesto que los incrédulos nada tienen que ver con
la Iglesia.
Recordemos que el contexto del pasaje viene hablando del
cuerpo de Cristo. Necesariamente tenemos que concluir que estos dones han sido
dados a la Iglesia ,
pues, por ella es que Cristo hizo toda su obra. Ahora, la expresión dio dones a los hombres está indicando
que Jesús dio dones a la Iglesia , la cual
está conformada por los hombres que ha
comprado del género humano. Pero
¿Cuáles fueron los dones que Jesús dio a la Iglesia y que están relacionados con el botín que
llevó a lo alto? El versículo 11 nos da la respuesta. Los dones son los hombres
que él ha capacitado y entregado a la Iglesia para su edificación. Aquí hallamos una
relación lógica entre: La conquista de Cristo cuando vino a la tierra – el
botín que Cristo presentó ante Su Padre cuando subió a lo alto – los despojos
que repartió (despojos tomados del botín) a la Iglesia.
Los versículos 9 y 10 son una explicación del glorioso elevamiento de Cristo. Para
entender esto es necesario comprender hasta dónde había bajado Cristo: Y eso de que subió, ¿Qué es, sino que
también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? Nuevamente este pasaje ha sido interpretado
de diferentes maneras por los comentaristas bíblicos. En realidad la frase descendió a las partes más bajas de la
tierra ofrece ciertas dificultades a la hora de interpretarlas. Voy a
presentar los comentarios de algunos eruditos. Erdman dice “El descenso de Cristo se refiere a su bajar
de los cielos y a todo lo que sufrió en la realización de su obra redentora.
Algunos intérpretes opinan que la expresión “las partes mas bajas de la
tierra”, pretende definir tan sólo a la tierra como escenario de su obra redentora,
por debajo del trono que Él tiene en los cielos. Es probable que se refiera al
hecho de que Cristo, en su humillación voluntaria, se hizo obediente hasta la
muerte y permaneció por tres días en el estado de muerto.”[8] Por otra parte MaCarthur va mas lejos al
afirmar “Además, debe advertirse que el
descenso de nuestro Señor fue todavía más allá del vientre humano, la tierra, la tumba y la muerte, y se
convirtió en un descenso literal al abismo de la condenación de los demonios.”
[9]
Macarthur sustenta esta idea, que Cristo descendió a la morada de los demonios,
basado también en otros pasajes como 1 Pedro 3:18-19 el cual parece dar a
entender que Jesús, entre su muerte y resurrección, en espíritu, fue al lugar
donde habitan los demonios para proclamarles su victoria redentora. Tanto
Erdman como Macarthur, y otros eruditos, rechazan la idea que esta frase,
incluyendo la de Pedro, indique que Cristo fue al lugar donde moran las
personas que han muerto para predicarles el Evangelio, esto sería forzar
demasiado los pasajes. Ahora, Pablo contrasta el descenso de Cristo a la
tierra, como algo bajo, con la ascensión de Cristo a lo mas alto de los cielos,
como por encima de todo. En ambas expresiones – lo mas bajo de la tierra y
encima de todos los cielos – indican, no tanto un lugar geográfico, sino el estado
o la condición en que Cristo se encontró. Cuando bajó a la tierra lo hizo como
un siervo sufriente, pero cuando ascendió a los cielos “lo hizo con la
exaltación más alta posible, y el ejercicio de la soberanía divina. Cristo fue
exaltado al lugar de autoridad ilimitada para que pudiera llenar al universo
con las bendiciones de su gobierno benefactor, y para que pudiera dar a su
Iglesia toda la gracia necesaria.”[10]
[1] Éste
es un caso en el que se supone que hay diferencia de lectura con respecto al
Sal. 68:18 (BH, 19), de donde está tomada la cita. Dice: “…Y dio dones a los
hombres”. El hebreo del salmo dice, en cambio: “recibiste dones en los hombres”
(lit.); o, más exacto, “en el ser humano” (está en singular). En el salmo,
tenemos una profecía de que “Yahweh Elohim habitaría entre ellos”, mientras que
en la epístola tenemos el cumplimiento, en el sentido de que los dones recibidos han sido actualmente dados, pues Dios habita ya en medio de
su pueblo por medio del Espíritu Santo. Pero, aparte de esto, hay que tener en
cuenta que el verbo hebreo laqaj tiene
el doble sentido de “recibir” para “dar” (v. Gn. 18:5; 27:13; 42:16; Ex. 27:20;
Lv. 24:2; 2 R. 2:20). Bullinger. Clie. Pág. 665-666.
[2] “Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad
y, recibiendo dones, los dio a los
hombres”. Ibidem Pág. 80.
[3] “… a las partes más bajas de la tierra”, esto es,
a las partes más bajas, es decir, la
tierra”. Ibi. Pá. 813.
[4] John MaCarthur. Comentario
del Nuevo Testamento. Efesios. Editorial Portavoz. Página 174.
[5] MaCarthur John. Efesios.
Editorial Portavoz. Página 175.
[6] Carlos Erdman. La epístola
a los Efesios. Editorial TELL. Página 89.
[7] WilliamHendriksen.
Efesios. Editorial Desafío. Página 208.
[8] Erdman. Epístola a los
Efesios. Editorial TELL. Páginas 89-90.
[9] MaCarthur. Efesios.
Editorial Portavoz. Página 176.
[10] Erdman. Epístola a los
Efesios. Editorial TELL. Página 90.
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