Saludos cordiales.
Siendo que usted nos envía dos preguntas en
su mensaje, las vamos a responder por separado. Primero respondamos la pregunta
relacionada con la permanencia y perpetuidad de la iglesia católica.
Jesús dijo en Mateo 16:18 “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y
sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del hades no prevalecerán
contra ella”. El Salvador ha prometido que Su iglesia, la que él está
edificando será perpetua y nada podrá acabarla.
Ahora, esto no significa que las iglesias
locales no tendrán fin. Muchas de las iglesias locales que surgieron en el
primer siglo, y que fueron fundadas por los apóstoles, desaparecieron. Algunas se
volvieron apóstatas, es decir, dejaron de ser iglesias de Cristo y se
convirtieron en sinagoga de Satanás.
El Señor Jesús garantizó la continuidad de
la verdadera iglesia, pero advirtió a muchas iglesias locales que si seguían
admitiendo en su seno errores doctrinales y de práctica, él las abandonaría y
ya no serían más iglesias bíblicas: “Recuerda,
por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si
no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres
arrepentido” (Ap. 2:5). El candelero representa al Espíritu Santo, y éste
sería quitado de toda iglesia que se aparte de la doctrina y práctica
apostólica.
Ahora, lo que nosotros vemos en los siglos
II, III, pero especialmente desde el IV es que buena parte de la cristiandad
profesante empieza a partarse paulatinamente de la doctrina apostólica y se
dedica a adicionar doctrinas de hombres y tradiciones humanas a la fe y
práctica cristiana. Esta contaminiación llegó a tal punto que el Señor quitó el
candelero de la mayoría de iglesias pertecientes al sistema religioso de este
tiempo. La mayoría de estas iglesias abogaban formar parte de la verdadera
iglesia de Cristo porque podrían trazar su historia hasta algún apóstol, y
porque sus ministros de culto fueron ordenados por obispos que a su vez fueron
ordenados por otros obispos que también podían demostrar su linaje apostólico.
Pero, ¿la catolicidad y autoridad de la
iglesia depende de esta clase de sucesión? O más bien, la legitimidad de la
iglesia depende de su identidad con la doctrina y práctica apostólica. En el
libro de los Hechos, el Dr. Lucas, nos presenta lo que es la verdadera
catolicidad y autoridad de la iglesia: “Y
perseveraban en la doctrina de los apóstoles” (Hch. 2:42). También Pablo,
el apóstol, insiste en que las iglesias locales deben mantenerse firme en la
doctrina que fue enseñada por los verdaderos apóstoles nombrados por Cristo: “Así que, hermanos, estad firmes, y retened
la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra” (2
Tes. 2:15).
Buena parte de las iglesias que, con el
tiempo, llegaron a llamarse “Católicas” (ya sean romanas u ortodoxas) se
apartaron de la doctrina apostólica y adoptaron un sistema doctrinal adaptado a
las circunstancias de cada época. Pero lo mismo sucedió con muchas de las
iglesias que surgieron de la Reforma Protestante, las cuales abogaron, en un
principio, por el regresar a la doctrina apostólica.
¿Significa esto que no hay esperanzas y que
la verdadera iglesia de Cristo no existe ya? De ninguna manera (usando el
lenguaje de Pablo, el apóstol), pues, Jesús, el Dios Todopoderoso se encarga de
preservar a su verdadera iglesia y en cada siglo él conserva para sí a un
remanente, a un pequeño rebaño que es fiel a la doctrina apostólica y que se
edifica en el fundamento que ha sido puesto por los verdaderos apóstoles y
profetas: “Edificados sobre el fundamento
de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo
mismo” (Ef. 2:20).
Todas las iglesias locales que se
fundamentan en la doctrina total de las Sagradas Escrituras, que siguen a
Cristo y se sujetan a Su palabra son iglesias verdaderas, independientemente
del apellido que ellas usen.
Por lo tanto, es nuestra responsabilidad
como cristianos cerciorarnos, a través de la doctrina bíblica, que estemos
congregándonos en una iglesia que conserva las marcas que nos dieron Cristo y
los apóstoles.
Su servidor en Cristo,
Julio César Benítez
Nota: Usted puede ver la respuesta a esta y otras
preguntas ingresando a: http://forobiblico.blogspot.com/