Hermano Julio quiero si el es posible de ayudarme con información sobre
el (neo calvinismo)si es verdad que se esta introduciendo dentro de algunas de
las congregaciones reformadas,y cuales son estas, agradezco su atención y colaboración.
(Javier – Facebook)
Gracias por enviarnos su interesante pregunta.
En años recientes la palabra “neocalvinismo” ha empezado a sonar con alguna
fuerza, especialmente entre los bautistas reformados de Inglaterra y algunos en
USA. Es difícil determinar todo lo que incluye el término, pues, para algunos
hace referencia al nuevo movimiento de reforma que está extendiéndose por
muchas naciones, incluyendo a algunas latinoamericanas como Rep. Dominicana,
Colombia, Perú, etc. Es decir, los que en este sentido usan el término neo
calvinistas se refieren al reciente despertar que hay en algunas iglesias
evangélicas hacia las doctrinas de la gracia y el pensamiento reformado.
Por otro lado, este término hace referencia a algunas tendencias contemporáneas
que, según los analistas del calvinismo, están imponiendo algunos de los líderes más connotados entre las iglesias
de corte reformado (John Piper, Wyne Grudem, Tim Keller, entre otros). Estas nuevas tendencias son, entre otras: el cultivo o
proyección de la imagen internacional de un pastor o predicador prominente,
cierta apertura a un pluralismo evangélico reformado tanto en doctrina como en
conducta, flexibilidad en algunos temas fundamentales de la fe reformada
(soteriología, escatología, etc), amplitud en la forma de celebrar el culto de
adoración, especialmente al adoptar ritmos modernos populares para la música en
la adoración; creencia en un continuismo moderado de los dones carismáticos;
psicologización de la consejería bíblica, "mundanalización" de los jóvenes
vistiendo y usando atuendos en el cuerpo como los incrédulos.
No sería conforme a la verdad afirmar que los predicadores mencionados entre paréntesis estén de acuerdo con todas estas tendencias, sino que, los analistas del neocalvinismo consideran que ellos están involucrados en una o varias de estas preocupantes tendencias.
No sería conforme a la verdad afirmar que los predicadores mencionados entre paréntesis estén de acuerdo con todas estas tendencias, sino que, los analistas del neocalvinismo consideran que ellos están involucrados en una o varias de estas preocupantes tendencias.
Bueno, el tema es difícil de tratar, especialmente porque en este momento
hay un despertar generalizado en el mundo evangélico hacia las doctrinas de la
gracia. Obviamente, esto trae como consecuencia que cristianos de diferentes
trasfondos denominacionales empiecen a identificarse como reformados o
calvinistas; por lo tanto, no es extraño hoy día encontrar sacerdotes
anglicanos que se identifican como reformados, los cuales conservan las formas
litúrgicas elaboradas de la iglesia de Inglaterra. También encontraremos
pentecostales que se hacen llamar reformados, es decir, pastores que tienen una
forma particular de adorar al Señor, o que hablan en lenguas, pero a la vez
tienen los cinco puntos del calvinismo. Lo mismo sucede con otras denominaciones.
Ahora, todo cristiano de trasfondo
reformado debe experimentar gozo al saber que muchas iglesias están abandonando
las doctrinas humanistas del arminianismo y están empezando a comprender las
verdades gloriosas del evangelio centrado en Cristo y no en el hombre; este es
el evangelio al cual denominamos “las doctrinas de la Gracia”.
Pero, surge un asunto que es de gran importancia y que los pastores y
teólogos reformados debemos empezar a considerar en serio: ¿Debemos permanecer impasibles frente a la introducción de creencias o prácticas ajenas a nuestra preciosa doctrina y permitir
que la fe reformada se convierta en una colcha llena de retazos de diferentes
formas y colores, con el fin de que todas las denominaciones con sus trasfondos
particulares quepan dentro de lo que llamamos las Iglesias Reformadas, o, por
el contrario, debemos procurar establecer una clara diferencia entre lo que es
el movimiento histórico de la reforma y las iglesias que aceptan algunas doctrinas
calvinistas?
Esto puede sonar jactancioso, orgulloso y exclusivista para algunos,
especialmente porque estamos viviendo en mundo pluralista. Pero, creo que una
de las cosas que más daño le está haciendo actualmente a la iglesia de Cristo
es esa capacidad de mimetizarse que han desarrollado las iglesias actuales en
medio de un mundo en constante cambio, es decir, las iglesias de hoy día no
quieren quedarse atrás en ninguna de las innovaciones que algunos “predicadores”
de talla internacional introducen a través de la televisión, el internet u
otros medios.
Pondré un ejemplo de lo que quiero decir: hace algún tiempo visité una
ciudad de la costa atlántica colombiana. El domingo quise congregarme en una
iglesia bautista, donde pudiera adorar al Señor con mis hermanos, cantando
preciosos himnos y escuchando una predicación expositiva centrada en Cristo,
pues, eso es lo que ha caracterizado a las iglesias bautistas. Pero,
oh, no grata sorpresa, el tiempo de cantos, danzas y espectáculo duró más de una
hora, no se entonaron los preciosos himnos que han caracterizado a la liturgia
bautista, sino que al ritmo de tambores, guitarras eléctricas, panderos y
guiados por un grupo de baile, se entonaron dos o tres canciones cuyas emotivas y lacónicas estrofas se repitieron una, dos, tres, y no se cuántas veces más. Al final de
la “predicación”, si pudiera llamarse así, el pastor concluyó con un triste
espectáculo de sanaciones, liberaciones y otras cosas características de algunos movimientos extremos carismáticos.
Realmente, en esencia, esta no es una iglesia bautista, sino carismática, que
en un tiempo fue bautista. Estas iglesias creen que son bautistas porque forman
parte de una denominación que hace mucho tiempo lleva ese nombre, pero no son
bautistas, ellos no tienen los distintivos que han caracterizado a este movimiento
evangélico. El nombre que la iglesia tiene en la puerta, lastimosamente, ya no
indica lo que ellos son, pues, cuando uno va a entrar a una iglesia bautista,
espera encontrar un culto muy ordenado, con himnos, predicación expositiva de
la Biblia, y otros elementos propios de dicha fe.
Lo mismo me sucedió alguna vez cuando fui a dar una conferencia en la
hermosa ciudad colombiana de Bucaramanga. Estaba explicándo a los pastores las
similitudes y diferencias doctrinales entre los bautistas y los presbiterianos.
Una de las cosas que mencioné fue el tema del bautismo, es decir, que los
presbiterianos practican el paidobautismo (infantes), mientras que los
bautistas solo bautizan a creyentes, a lo cual, una “anciana” de la iglesia
presbiteriana replicó diciendo que ellos no bautizaban niños, sólo jóvenes o
adultos y por inmersión. Quedé perplejo ante esta anotación, pues, si ellos no
bautizan niños, ni conservan los distintivos de los estándares de Westminster,
entonces no son presbiterianos. Debieran cambiar el nombre de la iglesia, pues,
ahora son bautistas o carismáticos.
Esta tendencia actual de usar un nombre denominacional que nada tiene que
ver con lo que creen o practican es catastrófico, pues, está produnciendo
confusión en el pueblo evangélico, e incluso, entre los no creyentes. Si una
iglesia cambia su doctrina o práctica, por la razón que sea, también debe
cambiar su nombre.
Lo mismo está sucediendo con el actual movimiento reformado. Algunas iglesias
que por un tiempo fueron bautistas o presbiterianas reformadas, ahora están
meguando en su teología histórica, con el
fin de adaptarse al hombre y la sociedad contemporánea. Por ejemplo, el
movimiento carismático dentro de la iglesia evangélica ha sido muy fuerte, y
actualmente un alto porcentaje de evangélicos se identifican con esta forma de
fe, esto ha conducido a muchos teólogos y predicadores reformados a suavizar su
posición “cesacionista” y buscar un espacio para el diálogo ecuménico, tratando
de establecer puentes entre estas dos visiones. Estos puentes se están
construyendo a través de abandonar la doctrina cesacionista, reemplazóndola por
un continuismo moderado, es decir, dar por sentado que hoy día Dios puede estar
dando dones milagrosos a ciertas personas en particular, incluso, la capacidad
de hablar en nuevas lenguas y dar profecías. Aunque algunos de estos
predicadores reformados, en la práctica, no hablan en lenguas, ni creen tener
dones de sanación, con su postura ambigua, acolitan o respaldan las prácticas
erráticas de algunos carismáticos que tanto daño han causado al pueblo de Dios.
Y creo que en esto muchos estudiosos y hermanos carismáticos estarán de acuerdo conmigo: La presencia de iglesias cesacionistas que frecuentemente denuncian los excesos del movimiento de "pentecostés" es una bendición para el cuerpo de Cristo, pues, ayuda a evitar que una emotividad exacerbada los lleve a errores catastróficos en una falsa depedencia del Espíritu Santo. Es verdad que carismáticos y reformados no están de acuerdo frente al tema de la continuidad o no de los dones, pero gran bendición hay para la iglesia en general con la presencia de los cesacionistas; somos como un freno para los excesos.
Y creo que en esto muchos estudiosos y hermanos carismáticos estarán de acuerdo conmigo: La presencia de iglesias cesacionistas que frecuentemente denuncian los excesos del movimiento de "pentecostés" es una bendición para el cuerpo de Cristo, pues, ayuda a evitar que una emotividad exacerbada los lleve a errores catastróficos en una falsa depedencia del Espíritu Santo. Es verdad que carismáticos y reformados no están de acuerdo frente al tema de la continuidad o no de los dones, pero gran bendición hay para la iglesia en general con la presencia de los cesacionistas; somos como un freno para los excesos.
En el campo de la adoración la situación no es mejor. Algunas iglesias que
se hacen llamar reformadas han abandonado la sencillez del culto bíblico, tal y
como ha sido practicado por nuestras iglesias durante varios siglos, para ser
reemplazado por un tiempo en el cual las personas dan rienda suelta a sus
emociones, cantando canciones invadidas de cortos mensajes, centrados en la “capacidad”
que tiene el adorador para amar a Dios. O, es posible que se canten himnos o
cánticos con un buen contenido bíblico, pero acompañados de ritmos musicales e
instrumentos que distraen a la congregación de la centralidad en Cristo, para
enfocarse en el alto sonido de los instrumentos, el ritmo acelerado de la
batería u otros efectos típicos de la música contemporánea que nada tienen que
ver con la verdadera adoración.
Ahora, no estoy condenando a las iglesias que practican esta clase de
adoración, sólo estoy diciendo que esto no es lo que las iglesias reformadas
han hecho en la historia, por lo tanto, si una iglesia practica esta clase de
culto, lo más recomendable es que no lleve el apellido "reformado", porque
confunde a las personas, confunde a los creyentes y a los incrédulos.
Las iglesias reformadas históricas tienen una forma particular de adorar al
Señor, tienen una doctrina clara y contundente respecto a los dones
carismáticos, y además, tienen gran aprecio por la Ley del Señor. La fe
reformada considera que los diez mandamientos no son un medio de salvación,
pero sí tienen una función importante en la vida cristiana. La Ley de Dios es
altamente apreciada por nosotros, pues, ella nos muestra la necedidad que
tenemos de Cristo el Salvador, ella frena el pecado en el mundo y ella se
convierte en una regla que nos ayuda a medir el amor que tenemos hacia Cristo.
Las iglesias reformadas históricas tenemos un amor y un profundo respeto
por el día del Señor. Creemos que la Biblia enseña claramente que los creyentes
deben dedicar un día especial para adorar a Dios (sabatt), que es el domingo,
nuestro sábado cristiano. Si bien es cierto que a Dios lo debemos adorar todos
los días, Dios ha mandado que lo adoremos de manera especial todo un día, al
cual la Biblia le llama “santo”, “agradable”. Si una iglesia, así crea en los
cinco puntos del calvinismo, no tiene ese amor profundo y respeto por este día
santo, entonces no debe llamarse reformada. Puede usar otro nombre, pero no el
nombre reformado.
Amamos a todos los hermanos en la fe, y consideramos que las iglesias
cristianas que tienen las doctrinas fundamentales de la Biblia, forman parte
del cuerpo de Cristo, pero siendo que existe una variedad dentro de ella, es
preciso, por amor a la verdad y la pureza de la fe, que cada una use un nombre
que la identifique realmente con lo que ella es.
No debemos usar nombres que no nos corresponden. Una iglesia carismática no
debe usar el nombre bautista, una iglesia que no bautiza infantes ni tiene un
gobierno por ancianos no debe llamarse presbiteriana, una iglesia que no tiene
los distintivos históricos de la fe reformada, no debe usar ese nombre, así
tenga algunos elementos del calvinismo.
Su servidor en Cristo,
Julio César Benítez
Nota: Usted puede ver la respuesta a esta y otras
preguntas ingresando a: http://forobiblico.blogspot.com/