Proverbios 10:13-31
Proverbios de contraste
Este sermón fue
predicado por el hermano Julio C. Benítez, quien es uno de los pastores de la
Iglesia Bautista Reformada la Gracia de Dios en Medellín, Colombia. Usted puede
compartir este sermón con otros a través de medios digitales e impresos,
siempre y cuando no sea para la venta, siempre reconociendo y dando los
créditos respectivos a su autor.
Desde el capítulo 1 hasta el 9 Salomón nos dio
instrucciones para que aprendamos a diferenciar la sabiduría celestial de la
necedad carnal. Fueron como especie de discursos o sermones mostrando la
oposición que existe entre la sabiduría y la necedad.
La sabiduría fue representada por una mujer
laboriosa e inteligente, y la necedad fue representada por la mujer insensata,
simple, ignorante, ramera y alborotadora.
Pero, a partir del capítulo 10 encontramos en sí
lo que denominamos “proverbios”: Un conjunto de máximas o sentencias cortas de profundo
contenido espiritual, moral, ético y social.
Los judíos, como muchos pueblos orientales, daban
gran importancia a la sabiduría de vida como algo que debía caracterizar al
buen ciudadano. Por lo tanto, los sabios, rabinos o sophos, escribían máximas o
sentencias cortas que resumían un contenido profundo de vida, lo cual servía de
guía para los ciudadanos.
Por ejemplo, “El que no escucha consejo no
llega a viejo”, esto es sabiduría ancestral que le indica al niño o al
joven que si no sigue el consejo experiencial de los padres o mayores sufrirá
grandes pérdidas y daños en su vida.
Pero, la diferencia que tenemos entre los
proverbios o dichos de la Biblia frente a la sabiduría humana ancestral es que
los proverbios de Salomón fueron inspirados por el Espíritu Santo.
A la hora de enseñar estos proverbios el maestro
debe ser hábil en mirar cómo los presentará o estructurará, pues, excepto unos
pocos versículos, ellos no guardan relación estrecha o temática entre sí.
La unidad más marcada que podemos encontrar es
que la mayoría de estos proverbios son paralelismos antitéticos, es decir,
presentan la oposición del que camina en la senda de la necedad frente a la
sabiduría.
Estos paralelismos contrastantes constan de dos
frases, las cuales presentan un contraste entre la vida sabia y la vida necia,
el destino feliz frente al destino miserable. La vida sabia conduce al destino
feliz, la vida necia conduce al destino miserable.
Ejemplo: “El hijo sabio alegra al padre
(tesis de la sabiduría), pero el hijo necio es tristeza de su madre
(antítesis de la necedad)” (v. 1).
“Hijo sabio” es contrastado con “hijo necio”.
“Alegra” en contrastado con “tristeza”. “Padre” con “madre”, no en el sentido
de oposición, sino de completud.
Cuál sería la síntesis o conclusión para el
lector: Que cuando un hijo anda en la senda de la sabiduría (conforme se enseñó
ya en los capítulos 1 al 9, y se enseñará en estos proverbios contrastantes),
tendrá una vida tan fructífera y buena que sus padres experimentarán gozo; pero
cuando el hijo se rebela contra la sabiduría de vida y anda en necedad, en
desobediencia a las instrucciones sabias de los padres y en contra de la
Palabra de Dios, llevará una vida miserable, será ruin en todo, y no tendrá un
buen fin, lo cual causa tristeza a sus padres, y hace que bajen a la tumba en
aflicción.
Por lo tanto, revisemos los contrastes que
encontramos en esta sección de Proverbios 10:
1. Contraste entre la sabiduría y la necedad en
el uso de la lengua (v. 13, 14, 18, 19, 20, 21, 31, 32)
2. Contraste entre la estabilidad del sabio y la
temporalidad del necio (v. 16, 17, 24, 25, 27, 28, 29, 30)
3. Contraste entre las riquezas y la pobreza (v. 15,
22)
4. Contraste entre el gozo del sabio y el placer
del insensato (v. 23)
5. La necedad de confiar en el perezoso (v. 26)
Pasaje |
Sabiduría |
Necedad |
Síntesis |
10:1 |
El hijo sabio alegra al padre |
Pero el hijo necio es tristeza de su madre |
El hijo obediente es fuente de gozo
y tranquilidad para sus padres, pero el desobediente será fuente de profundas
tristezas, preocupaciones y zozobras. |
10:2 |
Mas la justicia libra de la muerte |
Los tesoros de maldad no serán de provecho |
Las riquezas que no provienen de
fuentes lícitas o no se usan para la gloria de Dios, al final, son maldición.
No así con los que siguen fieles al Señor, tendrán vida aunque no tuvieran
riquezas. |
10:3 |
Jehová no dejará padecer hambre al justo |
Mas la iniquidad lanzará a los impíos |
|
10:13 |
En los labios del prudente se halla sabiduría |
Mas la vara es
para las espaldas del falto de cordura |
El prudente usa bien su lengua y
come de sus frutos, no así el insensato, recibirá azotes y dolores. |
10:14 |
Los sabios guardan la sabiduría |
Mas la boca del necio es calamidad cercana |
Los sabios retienen el conocimiento,
y lo usan para el futuro; los necios no, por lo tanto, incluso cuando hablan,
atraen calamidad con su torpeza. |
10:15 |
Las riquezas del rico son su ciudad fortificada |
Y el desmayo de los pobres es su pobreza |
La riqueza ofrece cierta protección,
mientras que la pobreza pone en desventaja al pobre. Pero no podemos confiar
en las riquezas, ni codiciarlas. |
10:16 |
La obra del justo es para vida; |
mas el fruto del impío es para pecado. |
La labor del justo y del impío
producen fruto, pero uno es para vida y el otro es para muerte. |
10:17 |
Camino a la vida es guardar la instrucción |
Pero quien desecha la reprensión, yerra |
El sabio recibe la instrucción, pero
también la guarda, la obedece, el resultado es vida. Pero, el insensato no la
ama, por lo tanto desobedece, y se descarría. |
10:18 |
El que encubre el odio es de labios mentirosos y el que
propaga calumnia es necio |
|
El odio guardado será fuego
explotado, ya sea a través de la ira o la calumnia. El sabio no lo expresa ni
lo oculta, lo suprime y lo extirpa. |
10:19 |
Mas el que refrena sus labios es prudente |
En las muchas palabras no falta pecado |
Hablar mucho es de necios, hablar
poco es de sabios. |
10:20 |
Plata escogida es la lengua del justo |
Mas el corazón de los impíos es como nada |
El justo procura hablar lo que es
para edificación, pero el impío, muestra su corazón vano en lo que habla. |
10:21 |
Los labios del justo apacientan a muchos |
Mas los necios mueren por falta de entendimiento |
El que adorna su vida con palabras
edificantes sanará muchos corazones, pero el insensato no solo mata con sus
palabras dañinas, sino que él mismo muere por ellas. |
10:22 |
La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade
tristeza con ella |
|
Las riquezas son fuentes de mucho
dolor y preocupación, pero el que usa sus riquezas para la gloria del Señor
no tendrá tristezas si dejan de ser. |
10:23 |
Mas la sabiduría
recrea al hombre de
entendimiento |
El hacer maldad es como una
diversión al insensato |
Hay dos placeres en el mundo para
dos distintas clases de personas: El hacer el mal, para los malos; y el hacer
el bien, para los sabios. |
10:24 |
Pero a los justos les será dado lo que desean |
Lo que el impío teme, eso le vendrá |
El justo desea y anhela honrar al
Señor en todo los que hace, piensa y dice; su deseo es el Señor, y él será
siempre su delicia; pero el impío sabe que no todo está ben en su vida, por
eso tiene miedos, y lo que teme le será dado cuando Dios visite su maldad. |
10:25 |
Mas el justo permanece para siempre |
Como pasa el torbellino, así el malo no permanece |
El malo está firme en cosas
inestables y pasajeras, su fin será repentino, pero el justo está firme en la
Roca que es Cristo, y nunca será removido. Las tormentas de la vida harán
temblar al malo, no así con el justo. |
10:26 |
|
Como el vinagre a los dientes, y
como el humo a los ojos, así es el perezoso a los que lo envían |
La pereza no solo causa daño al que
la practica, sino al que confía en él. Causa irritación y frustración. |
10:27 |
El temor de Jehová aumentará los días |
Mas los años de los impíos serán acortados |
El temor del Señor es la marca del
sabio, y ese temor lo lleva a alejarse de los vicios, la maldad y el mal
vivir. Por lo tanto, tendrá calidad de vida. Mientras que el impío destruye
su propia vida. |
10:28 |
La esperanza de los justos es alegría |
Mas la esperanza de los impíos perecerá |
El justo tiene esperanza del futuro
porque su confianza está en Dios, pero el impío solo espera en su maldad y en
sus logros, los cuales perecerán con él. |
10:29 |
El camino de Jehová es fortaleza al perfecto |
Pero es destrucción a los que hacen maldad |
El camino de Jehová es bendición
para los sabios y maldición para los necios, pues, no hacen Su voluntad. |
10:30 |
El justo no será removido jamás |
Pero los impíos no habitarán en la tierra |
Los mansos heredarán la tierra, los
violentos serán desalojados. |
10:31 |
La boca del justo producirá sabiduría |
Mas la lengua perversa será cortada |
El habla se produce a través de la
lengua, el sabio habla sabiduría, produce bienestar en otros, pero el
perverso habla necedades y los sabios dejan de escucharla. |
10:32 |
Los labios del justo saben hablar lo que agrada |
Mas la boca de los impíos habla perversidades |
El justo sabe qué es bueno para los oyentes,
y eso habla; el perverso sabe lo que le agrada a los oyentes perversos, por
eso habla perversidades. |
10:1. Salomón fue un hijo sabio (1 R. 3) que
causó alegría al corazón del rey David. Salomón valoró la sabiduría por encima
de todas las cosas. Irónicamente Salomón resultó ser un hijo necio, pero al
final de su vida.
Nuestra sabiduría o insensatez no sólo nos afecta
a nosotros sino a los que nos rodean.
Salomón habla del dolor causado a la madre porque
ellas son más sensibles que los padres.
10:2
10:13 La sabiduría se manifestará en los labios,
pues, Cristo dijo: De la abundancia del corazón habla la boca (Mt.
12:34). La recompensa es que es prudente, no se mete en problemas por el mal
uso de la lengua. En cambio, el insensato, el falto de cordura, recibirá los
azotes que se le daban al infractor de la ley. Como dijo Clarke “Al que puede
aprender y no quiere, se le debe hacer aprender. La vara es un instrumento de
conocimiento muy poderoso. Aplicada juiciosamente, hay una lección de profunda
sabiduría en cada ramita”.
10:22 Las riquezas añaden tristezas cuando se
obtienen de manera ilícita, y esto no solo se refiere al narcotráfico o cosas
prohibidas por la ley, sino cuando se miente para obtenerlas, cuando ultrajamos
a otros para lograrlas, cuando tenemos que sacrificar a la familia para
poseerlas, cuando destruimos a las amistades en el proceso, etc. Hay muchos
ricos que son miserables, porque sus riquezas no las ven como provenientes del
Señor, y mucho menos las dedican para Su gloria. Ellos temen a los tres grandes
buitres que acompañan a las riquezas: Preocupación por obtener, miedo por
guardar, dolor por perder.
Conclusiones:
En esta primera sección de proverbios
contrastantes el sabio resaltó las siguientes virtudes que se deben cultivar
por todo aquel que desea andar en sabiduría de vida:
Hablar sabiamente. Esto significa ser prudente en lo que decimos, ahorrar
palabras, pues, no queremos pecar con nuestra lengua y ella es difícil domarla
una vez que se le sueltan las riendas. La persona sabia piensa para hablar y
escoge las mejores palabras, las más edificantes, las más constructivas, medita
antes de expresar algo, de manera que, como el buen escriba, escoge las joyas
más preciosas en su hablar. El mejor ejemplo del hablar sabio es Jesucristo,
quien estaba lleno de gracia y verdad. De sus labios siempre salieron palabras
de vida para los elegidos del Padre, de perdón para los malhechores, ni una
sola palabra corrompida. Calló cuando fue necesario hacerlo y respondió cuando
consideró apropiado responder una pregunta. Sus palabras trabajaban para el
reino de Dios y no para satisfacer un gusto personal.
La estabilidad del sabio. La sabiduría de vida lleva a su poseedor a una buena vida,
así falten los recursos económicos o la salud, el sabio no permitirá que la
amargura de espíritu lo invada. Es una persona feliz, confiada en el Señor,
tranquila respecto al futuro. Como usa bien su lengua, y la lengua es el
reflejo de lo que hay en el alma, no vive enojado contra nadie, no guarda
rencor, no habla mal de nadie, no permite que las injusticias o pecados de
otros le roben su paz; entonces, es una persona estable en todos los sentidos y
vive una buena vida. Pero, lo más importante, heredará la tierra y reinará con
el bendito Jesús, quien dijo: Bienaventurados los mansos porque ellos
heredarán la tierra, y solo los sabios son mansos.
Sabiduría en el uso de los bienes terrenos. Las riquezas no son malas en sí mismas, la Biblia no las
condena ni exalta la pobreza económica como signo de fidelidad al Señor. Pero
el sabio no confía en ellas aunque son de mucha ayuda en las cosas de la
tierra. El sabio no busca enriquecerse de manera ilícita o haciendo daño a
otros. Las riquezas deben ser para el servicio al Señor y a los más
necesitados. Cuando las riquezas tienen el corazón de la persona esta es más
pobre y miserable que los que no las tienen, pues, no sabría vivir en este
mundo sin ellas, por lo tanto, constantemente teme perderlas. El sabio puede
tener riquezas, pero ellas no lo tienen a él.
El gozo y el placer del sabio es ser cada día más sabio. Él estudia constantemente el
libro de Proverbios, medita en la Ley divina, profundiza en el Sermón del
Monte, imita a Cristo Jesús, lee los buenos libros de los padres de la iglesia,
de los reformadores, de los puritanos, y sigue el buen ejemplo que ellos nos
dieron. Pues, uno de sus mejores placeres es ser sabio, vivir como sabio,
hablar como sabio, actuar como sabio.
El sabio y la pereza. La pereza es opuesta al mandato cultural que Dios dio al
hombre cuando le ordenó cultivar o culturizar la tierra. Somos responsables de
usar sabiamente el tiempo en todo lo que es provechoso para nosotros, para la
iglesia, para la familia y la sociedad. La pereza es tan nociva que no solo le
hace daño al que la practica sino a los que están alrededor, a los que le
asignan alguna responsabilidad al perezoso. La pereza no va con la vida
cristiana, no va con la persona sabia. Dios hizo el mundo en 6 días y trabajó,
y sigue trabajando hoy en desarrollar su plan para con el mundo que creó. Jesús
cumplió su obra redentora, y sigue trabajando hoy como Rey sobre la iglesia. El
Espíritu Santo está trabajando haciendo que los beneficios de la redención
alcancen a todos los electos. El cristiano también trabaja asiduamente en hacer
la voluntad de Dios.
Concluyamos recordando estas preciosas verdades
en nuestra alma a través de los títulos o epítetos que Salomón usa para
distinguir al sabio del necio:
Del sabio se dice: Hijo sabio, de labios
prudentes, justo, prudente, hombre de entendimiento, perfecto
Y del necio se dice: Hijo necio, impío, falto de
cordura, malo, perezoso, lengua perversa
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