Pastor
Julio Benitez
Saludo fraterno y muchas gracias por el cheque del banco de la fe que me ha estado enviando, lo he compartido con la fundación de niños donde colaboro y se que ha sido de inmensa bendición,
Las preguntas son:
3. ¿Cómo sabe una persona que tiene el
llamado pastoral, tiene alguien fuera de
Dios que imponerle manos?
Gracias por enviarnos su pregunta.
El llamado al pastorado consta de dos aspectos fundamentales:
Primero, el llamado al ministerio pastoral empieza con la vocación o el
llamamiento interno que el Espíritu Santo hace en el corazón de la persona. Este
llamado es dado junto con los dones que el Espíritu da al creyente. El varón
que ha sido llamado al pastorado, en diferentes grados, es conciente de esta
vocación, y le agrada estar cerca de los pastores con el fin de aprender de
ellos, se prepara y se capacita. Es como Josué al lado de Moisés, o Timoteo,
aprendiendo de Pablo.
Pero este llamado o convicción interna no es suficiente para saber que una
persona ha sido llamada al ministerio. Se requiere que la iglesia local también
reconozca estos dones en dicho varón. Si la persona cree ser llamada al
ministerio, pero sólo él reconoce esto, y en la iglesia nadie o muy pocas
personas ven los dones, entonces es probable que el tal no haya sido llamado al
ministerio.
Un error común de algunos jóvenes es que se apresuran a buscar el
reconocimiento del llamado ministerial que creen tener, y en ese apresuramiento
se vuelven rebeldes contra los pastores y líderes de sus iglesias locales. Si
un varón cree tener el llamado para ser pastor, entonces debe esperar a que el
Señor sea quien lo ponga, pues, el Señor es quien da a los pastores como don a
las iglesias locales: “Y él mismo
constituyó a unos… pastores y maestros” (Ef. 4:11).
Otro error muy común que se da en la cristiandad de hoy, es que algunos “evangelistas”
o “profetas” andan de iglesia en iglesia, entusiasmando a los creyentes con
profecías o unciones donde les dicen que Dios los ha llamado para ser pastores.
Hay que tener cuidado con esto, porque esta no es la forma bíblica de ordenar
un pastor.
Las personas que han sido llamadas por Dios para el pastorado, luego de un
tiempo en el cual ellos, como miembros de la iglesia local, evidencian los
dones, y sirven por cierto tiempo, en sujeción a sus pastores; cuando la
iglesia ha reconocido el llamado del hermano al pastorado, entonces, junto con
los ancianos o pastores ya en ejercicio, lo ordenan.
A continuación transcribo algunas enseñanzas bíblicas respecto a la
ordenación de nuevos pastores, que forman parte de un libro que escribí algunos
años sobre los principios bíblicos para el establecimiento y organización de
una iglesia local:
Ya hemos dicho que en el Nuevo Testamento el término
Pastor, anciano u obispo, indica un mismo cargo o ministerio. “Supervisor
(griego: episkopos) – que muchas
versiones traducen por obispo – es un término que expresa los deberes y
responsabilidades de un pastor. Que es sinónimo de anciano (griego: prebyteros) queda patente por Hch.
20:17,18, donde a los presbíteros de Éfeso se les llama obispos, así como en
Tito 1:5 y 7 donde los ancianos nombrados para cada localidad son llamados
obispos. En I de Pedro 5:1 a 2 se exhorta a los ancianos a pastorear, teniendo
cuidado (episkopúntes – esta palabra
falta en unos MSS) de la grey. Fil. 1:1 alinea a los obispos junto a los
diáconos. Finalmente, en un pasaje paralelo al de Tito, 1ª Tim. 3:1 y ss., nos
presentan las cualificaciones pastorales de un obispo. Todavía Jerónimo,
entrado ya el siglo V, dice: “El apóstol enseña claramente que los presbíteros
son lo mismo que los obispos”[1].
- Irreprensible. [2]“Significa: Que no se puede sujetar”.
El hombre irreprensible es aquel que nunca podrá ser apresado como si fuera un
delincuente, en su contra no podrá hallarse ninguna falta. Esto no implica que
jamás haya pecado, sino que los vicios evidentes nunca han estado en él, de
manera que todos pueden tomarle como ejemplo de conducta (Fil. 3:17; 2 Ts. 3:9;
He. 13:7; 1 P. 5:3). John MaCarthur en su comentario a 1 Timoteo presenta varias
razones de por qué los pastores deben ser irreprensibles: 1. Porque son el
blanco especial de Satanás y él los atacará con tentaciones más severas que a
otros. 2. Su caída tiene mayor potencialidad de hacer daño. 3. El mayor
conocimiento de la verdad de parte de los líderes, y la responsabilidad de
vivirla, traen un castigo mayor cuando pecan. 4. Hay más hipocresía en los
pecados de los ancianos que en los de los demás, porque predican contra los
mismos pecados que cometen”[3].
- Marido de una sola mujer. Es
decir: “…un obispo o anciano debe ser un hombre de moralidad incuestionable,
que es enteramente fiel y leal a su única y sola esposa; que siendo casado, no
entra, a la manera de los paganos, en una relación inmoral con otra mujer”[4]. Algunos han interpretado este
pasaje como prohibiendo que un hombre viudo, y vuelto a casar, ejerza el
pastorado. Pero esto es ir más allá del pasaje. La cuestión que surge de este pasaje, relacionado con la
condición de “irreprensible” y la prohibición que Pablo hace en otros pasajes
del divorcio y nuevo recasamiento mientras los dos cónyuges viven, es: ¿Es
correcto que un hombre divorciado, por la razón que haya sido, y viviendo aún
su esposa, ejerza el pastorado?, ¿No será esta situación causa de tropiezo para
los demás?, ¿Esta situación no se convertirá en estorbo para influenciar en los
miembros para que lleven una vida familiar firme y unida?, ¿No utilizará
Satanás su divorcio para siempre estropear su ministerio?, ¿Cómo podrá
aconsejar a las parejas en conflictos para que luchen por solucionar sus
problemas, cuando él mismo no pudo sostener su matrimonio? Realmente he tocado
un tema álgido en nuestros días, cuando los divorcios son la moda del día.
Conozco los casos de algunos creyentes que son divorciados porque sus esposas
cometieron adulterio. ¿Podrán estos aspirar a ser pastores siendo que ellos no
“tuvieron la culpa”? Esto también ha sido tema de gran debate, pues, aunque
muchos culpan a sus ex esposas de haber sido infieles, habría también que
preguntarse: ¿Qué les condujo a esa infidelidad?, ¿No tendrán también culpa los
esposos por el abandono, la falta de ternura, amor y compañerismo?, ¿No tendrán
también culpa los esposos cuando las abandonaban sexualmente por dedicarse a
sus labores espirituales? Aunque con esto no estoy justificando el pecado
sexual, si quiero que reflexionemos sobre las responsabilidades que tiene el
esposo indiferente.
- Sobrio. “Tal persona vive una
vida profunda. Sus placeres no son primariamente los de los sentidos, como los
placeres de los borrachos, por ejemplo, sino los del alma. Está lleno de fervor
espiritual y moral. No es dado a los excesos sino que es moderado, equilibrado,
calmo, cuidadoso, firme y sano. Esto se refiere a sus gustos y hábitos físicos,
morales y mentales”[5]. La sobriedad se evidencia en un
control sobre la lengua (no habla mas allá de lo que el buen juicio manda, mas
bien calla), evitará malgastar el tiempo en cosas triviales, también controlará
los deseos exacerbados de su estómago, será frugal a la hora de comer, evitará
tomar mucho vino, no se acalorará en las discusiones con otras personas.
- Prudente. “Esta característica es
resultado de ser moderado. El hombre prudente es disciplinado y conoce como
ordenar correctamente sus prioridades. Es una persona seria en cuanto a las
cosas espirituales. No se precipita en el juicio, sino que piensa bien las
cosas, es serio y cuidadoso”[6].
- Decoroso. “Ordenado” (gr. Kósmios) “Es el que se comporta con
educación, con decencia y, como lo dice la etimología, con orden. Ya dice el antiguo
proverbio latino: “Guarda el orden, y el orden te guardará”. Sin orden no se
puede llevar bien la administración, ni de una iglesia, ni de una casa”[7]. Un varón desordenado en sus
hábitos alimenticios, horas de levantarse y de acostarse, estudios, responsabilidades
familiares, sociales y laborales, difícilmente podrá desarrollar un ministerio
efectivo para la gloria de Dios, es necesario que, antes de ejercer el
pastorado, corrija su falta de orden o decoro y después, sí, ejerza el
ministerio. Un pastor o anciano desordenado difícilmente expresará el carácter
de Cristo en su vida. “El ministerio no
es una ocupación para el hombre cuya vida es una continua confusión de planes,
sin realizar y actividades no organizadas”[8]. Una persona que anhela ser
pastor debe caracterizarse por tener muy bien ordenados sus hábitos.
- Hospedador. [9]“Significa que es amante de los
forasteros. Su hogar está abierto a salvos y a inconversos, y busca ser de
bendición para todos los que acuden bajo su techo”[10]. Las Escrituras mandan a los
creyentes a que estemos dispuestos a amar y a hacer bien, incluso a los
enemigos. Si esto es así para los creyentes, cuánto mas para los pastores o
ancianos. Lastimosamente los nuevos conceptos de “mega-iglesia” han
resquebrajado esta virtud, debido a que el pastor está tan ocupado en
actividades eclesiásticas que no “tiene tiempo para atender las necesidades de
los demás”. Si no tiene tiempo para atender las necesidades de los miembros de
su iglesia, mucho menos la de los extraños y forasteros. “La puerta de un hogar
cristiano, así como el corazón de la familia cristiana, deben estar abiertos
para todo el que llega con necesidad. Esto es muy cierto para el obispo. Los
ancianos no están en lugar tan elevado que no puedan ser alcanzados, deben estar
disponibles. La vida y el hogar de un pastor deben estar abiertos para que su
verdadero carácter sea manifiesto a todos los que llegan, amigos o forasteros”[11].
- Apto para enseñar. Un pastor,
anciano u obispo debe cuidar y alimentar a la grey. ¿Cómo la alimenta, cuida y
edifica? A través del alimento sólido que es la Palabra de Dios. Pero este
alimento sólido debe ser dado como pastos tiernos a las ovejas. Es decir, el
pastor debe ser un maestro que exponga con claridad las Escrituras. Esto
implica que debe ser un hombre dado al estudio personal, no sólo de las
Escrituras, sino de toda ciencia y conocimiento que le permita manejar
diestramente los temas actuales que enfrentan los creyentes en medio del mundo.
“Apto para enseñar indica la suficiente competencia en el conocimiento de la Palabra de Dios, así como
la aptitud para comunicar a otros las verdades fundamentales del cristianismo.
Esto requiere, por supuesto, haber sido enseñado de forma conveniente”[12], o como dice Hendriksen “…ninguno
será apto para enseñar, si él mismo no es enseñado”[13]. En los años maravillosos de la
reforma protestante los varones que anhelaban el pastorado acudían a las
academias teológicas donde recibían valiosa formación bíblica en niveles
superiores; luego, en los años gloriosos de la época puritana, donde la iglesia
produjo los más renombrados e influyentes predicadores y escritores que
sucedieron a la reforma, los pastores también recibían formación teológica
avanzada. Las épocas gloriosas de la iglesia se han caracterizado por tener
ministros bien formados. Lastimosamente el siglo XXI no se ha caracterizado por
esta constante de preparación en los ministros. Aunque hoy día hay muchos
seminarios e institutos bíblicos, y cada vez surgen más, el nivel teológico ha
bajado considerablemente. Creo que, en parte, esto se debe al interés exclusivo
de tener títulos que los acrediten como Licenciados o Doctores en teología,
aunque el nivel de conocimientos ni siquiera llegue al de un bachillerato en
teología. Hoy día muchos pastores, o candidatos a pastores, han caído en la
mediocridad de la época. Afortunadamente aún se conservan pocos seminarios que
exigen disciplina y estudio a sus estudiantes, y no están interesados en
otorgar títulos de una manera rápida y facilista.
-
No dado al vino. El apóstol Pablo le había aconsejado al pastor Timoteo que
tomara un poco de vino, a causa de sus frecuentes enfermedades estomacales,
pero insiste en recordarle que nadie puede ser anciano u obispo si es tomador
de vino. Deben evitarse los
extremos.
- No pendenciero[14]. El pastor no debe ser violento.
Debe conservar siempre un carácter sereno frente a las adversidades,
dificultades y discusiones. Un espíritu violento, así sea de palabras o gestos,
generará confusión y reacción en los miembros; el pastor perderá respeto y
aceptación como líder espiritual si no sabe controlar sus impulsos.
- No codicioso de ganancias
deshonestas. No avaro. El pastor debe ser una persona que sirve al Señor sin
ningún interés en lo económico, su confianza está en el Dios que suple para las
necesidades de los suyos, y concentrará todas sus fuerzas en servir al pueblo
de Dios. El obispo o anciano no debe ser amante del dinero. “Se preocupa por la
vida espiritual del pueblo de Dios y rehúsa dejarse llevar por un fuerte deseo hacia
las cosas materiales”[15]. La Biblia advierte sobre los
falsos pastores o profetas que entrarán al redil con el propósito de utilizar
la fe de los incautos para sacarles dinero y bienes con fines netamente
personales. (1 Ts. 2:5; 1 P. 5:2; 2 P. 2:1-3,14; Jud. 16). En este siglo
materialista han salido muchos falsos pastores predicando una teología amañada
y falsa, con el fin de extraer bienes materiales a los codiciosos cristianos
que desean tener más dinero del que Dios, en su gracia, les ha dado. El trabajo
honrado, realizado con tesón, es el medio provisto por Dios para que seamos
sostenidos materialmente. Cualquier otra forma que el hombre busque para hacer
dinero rápidamente, así se llame “la fe”
o la “siembra”, es una corrupción que muy rápidamente conducirá a las personas
a un materialismo dañino. Los pastores deben ser sostenidos por los miembros de
la iglesia local, de acuerdo con las condiciones y situación económica de
ellos. Un pastor no debiera aspirar a recibir un salario que esté por encima
del promedio que reciben sus miembros. La avaricia o ganancia deshonesta
también se relaciona con el desear obtener provecho personal de la posición de
pastor u obispo, ya sea al anhelar reconocimiento personal, buscar provecho
para una carrera política, etc.
- Amable, apacible. “Describe a la
persona que es considerada, cordial, paciente y cortés, que perdona fácilmente
las fallas humanas. Tal persona recuerda lo bueno, no lo malo. No guarda una
lista de todas las cosas malas que le han hecho, ni guarda rencor”[16]. La palabra usada en griego para
amable también describe a una persona que es complaciente o que cede sus
derechos personales ante los demás. “Las cualidades de condescendencia,
equidad, gentileza, racionalidad, dulzura, disposición de ayudar y generosidad se
combinan en este individuo conciliatorio, considerado, apacible, mas que
borrachón”[17].
- Que gobierne bien su casa. Un
anciano o pastor debe saber gobernar. “Si estas dotes de gobierno no se
manifiestan en la pequeña casa de su familia, ¿Cómo podrán manifestarse en otra
casa mayor, y en medio de problemas de toda índole, que es la iglesia?”[18]. El buen gobierno en la casa se
hará visible a través de la sujeción de los hijos. Un hombre, que tenga las
otras cualidades para ser anciano, demostrará su capacidad de pastorear una
iglesia, si antes ha pastoreado la iglesia pequeña de su casa. Debe saber guiar
a sus hijos en los asuntos espirituales, de lo contrario no está capacitado
para guiar a un grupo mayor.
- No un neófito. El pastor o
anciano no debe ser un recién convertido o un recién bautizado. Debe ser un
varón que haya transitado durante algún tiempo considerable en los caminos de
la fe. Poner a un nuevo creyente en funciones de liderazgo es exponerlo a la
tentación del orgullo.
- Que tenga buen testimonio de los
de afuera. Los pastores deben tener reconocimiento moral de los no creyentes.
No quiere decir esto que va a ser aceptado por todos. De seguro que muchos
denigrarán de él, especialmente en lo que se relaciona con su fe religiosa, pero
nadie deberá hablar de su conducta o testimonio. “La Biblia espera que la vida
de todo creyente sea un testimonio positivo para el mundo que está mirando, y
esto es muy cierto en quienes se desempeñan como pastores. Pablo exhortó a los
filipenses a que fueran “…irreprensibles
y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y
perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo”,
Fil. 2:15. Colosenses 4:5 exhorta a los creyentes a que anden “…sabiamente para con los de afuera”. Pedro
escribió: “Manteniendo buena vuestra
manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros
como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al
considerar vuestras buenas obras”, 1 P. 2:12”[19].
Realmente el pastorado no es para todos. Los requisitos
que deben cumplirse son numerosos, pero esto no quiere decir que difícilmente
se encontrarán hombres así. Recordemos que, debido a nuestra naturaleza caída,
la imperfección es la que nos abruma, pero Dios mismo se encarga de levantar
hombres con estas cualidades y de perfeccionarlos para la obra del ministerio.
Definitivamente esto es obra de la gracia. Es por eso que las iglesias locales
deben orar al Señor para que levante hombres idóneos que puedan ser pastores o
ancianos. No debemos apresurarnos en designar para tal oficio a varones que no
llenan todos los requisitos, pues, los resultados van a ser funestos. Numerosas
iglesias han sido divididas y acabadas por hombres que no estaban dotados con
todas estas cualidades. Si Jesús es el dueño de la Iglesia , Él se encargará
de dotarla con dones especiales, no debemos apresurarnos.
Su servidor en Cristo,
Julio César Benítez
Nota: Usted puede ver la respuesta a esta y otras
preguntas ingresando a: http://forobiblico.blogspot.com/
[1] Lacuela, Francisco. La Iglesia Cuerpo
de Cristo. Ed. Clie. Página 224-225.
[2] Literalmente significa “…estar por sobre el reproche”. William
Hendriksen. Comentario a 1 Timoteo. Ed. Desafío.
Página 138.
[3] Hendriksen, William. Comentario a 1 Timoteo. Ed. Portavoz. Página 119.
[4] Ibid. Página 140.
[5] Ibid. Página 141.
[6] MaCarthur, John. Comentario a 1 Timoteo. Ed. Portavoz. Página 122.
[7] Henry, Matthew. Comentario a 1 Timoteo. Ed. Clie. Página 1747.
[8] Homer A. Kent, Jr., The Pastoral Epistles. Winona
Lake , Ind. : BMH Books, 1982, 127.
[11] MaCarthur, John. Comentario a 1 Timoteo. Ed. Portavoz. Página 124.
[14] Literalmente “que no da golpes”.
[15] Comentario Bíblico MacDonald. Ed. Clie. Página 953.
[16] MacArthur, John. Comentario a 1 Timoteo. Ed. Portavoz. Página 127.
[17] Hendriksen, William. 1 y 2 Timoteo y Tito. Ed. Desafío. Página 144.
[18] Comentario bíblico Mathew Henry. Ed. Clie. Página 1747.
excelente exposición, le recomiendo un libro que quizá conoce, #El Pastor Reformado", de Richard Baxter
ResponderEliminarDios les Bendiga. Creo que existen algunas imprecisiones.
ResponderEliminarIrreprensible no significa que tenga algo asi como un fuero el cual le permite "no ser reprendido" sino que la palabra se explica por si misma con las consiguientes recomendaciones para ser pastor.
Ser irreprensible es no tener macula alguna y se logra solo viviendo por la fe. Esto es: ningun hombre que merezca ser reprendido por ser un ladron asiduo, afeminado, violento etc puede ser pastor. Marido de una sola mujer? Pablo era soltero. Tal vez nos olvidamos de ver en el antiguo testamento y observar que algunos profetas eran un "tipo" de pastor. Algunos grandes hombres tenian dos mujeres, algunos ninguna. Mas bien quiere decir que la ordenanza es: Primero es tu relacion con Dios tu Señor y despues con el mundo. Jeremias era un "novicio" cuando comenzo a predicar. No tenia experiencia siendo sacerdote de hecho nunca realizo holocausto por que Dios asi lo quiso. No fue un hombre "docto" ni avezado en la palabra, mas bien como Moises obedecio y de su boca surgio la Palabra que le iba siendo dada por Dios. Esto es para que nadie se glorie diciendo "yo soy muy conocedor de la palabra" y por eso soy "pastor". ¿Hospedador? Tengamos cuidado de correr con el ladron. Jesus se aparto de los que le quisieron matar en el templo. No se quedo con ellos, se aparto de ellos, asi no les "hospedo" en su presencia. El hombre se crea requisitos para ser pastor y asi muchos se autojustifican cuando andan en maldad,diciendo que no andan por ley y que ademas tienen tentaciones o pruebas mas grandes. Grandes hermanos pastores, fundaron iglesias sin recibir formalmente diplomas de institutos biblicos, ni uncion de otros pastores. Personalmente creo que solo El Señor da la uncion y toda la sana doctrina que se predica viene a travez de su voluntad. Asi me atreveria a decir que cualquiera que se arrepiente, le acepta como su unico y suficiente Salvador y camina con El en fe y virtudes siguiendole puede ser pastor. Ya que una relacion personal con nuestro Dios y Señor y Padre nos hara merecedores de pregonar su palabra y ministrar su conocimiento a otros hermanos. Y solo si El asi lo quiere. Por lo que es a veces muy dificil discernir correctamente si hemos recibido el "llamado", mejor obedezcamos su comision: Id y pregonad la buena nueva por todo el mundo (este si es un llamado universal) lo demas creo yo se resuelve con sus palabras, Bendito sea Mi Señor y Salvador Jesus el Cristo: aquel que quiera ser el mas grande entre vosotros sea siervo de los demas. creo yo que asi le demuestro que le amo y que estoy dispuesto a servirle a El como mi unico Pastor. Dios les Bendiga; Un abrazo fraternal.